Ruphian Banda, el hasta ahora presidente en funciones de Zambia, desde la muerte del Mwanawasa, en agosto, ha jurado su cargo como nuevo presidente, en Lusaka, la capital, tras haber derrotado por poca diferencia a sus rivales en las disputadas elecciones de la semana pasada.
Banda, un centrista defensor de los empresarios, obtuvo el 40.1 % de los votos, frente al 38.1 % que obtuvo Michael Sata, el líder de la oposición.
Sata, mientras tanto, ha rechazado los resultados y ha acusado al partido en el gobierno, el Movimiento para la Democracia Multipartidista, MMD, de amañar las elecciones y está intentando que se vuelvan a recontar los votos.
La comisión electoral desestimó las acusaciones de manipulación de los votos y los observadores africanos han declarado que las votaciones fueron libres y justas.
El portavoz del Frente Patriótico, de la oposición, declaró que “Nuestra postura es que no reconocemos la elección de Ruphian Banda como algo que refleje la voluntad del pueblo de Zambia. Vamos a pedir a los tribunales que se ordene el escrutinio y recuento de los votos”.
Estas acusaciones de fraude electoral han despertado temores a que puedan producirse disturbios violentos.
Banda superó los 30 puntos de desventaja que tenía con respecto a la oposición, en dos días, desde que comenzó el recuento de los votos. Banda cuenta con el apoyo de las zonas rurales, mientras que Sata, de la oposición, cuenta con el apoyo de las áreas urbanas. “Tenemos evidencias de que los resultados se han inflado… Me hicieron trampa en 2006 y quieren hacer los mismo ahora”, sentenció Sata en una rueda de prensa celebrada en Lusaka.
El ejército del mayor productor de cobre de África está en situación de alerta, por si la tensión aumenta, para combatir cualquier signo de violencia.
(Aljazeera, 03-11-08)