El jefe de la Junta militar de Mali dejó claro el día 9 de abril, que él tendría mucho que decir sobre cómo es gobernado el país, en las semanas venideras y que no quería fuerzas extranjeras ayudando a la reclamación de los rebeldes separatistas del norte del país.
En las declaraciones televisadas, el capitán Amadou Sanogo, dijo que está pidiendo a los socios de Mali equipación y ayuda logística. El bloque del África Occidental, conocido como ECOWAS, ha estado preparando una fuerza de hasta 3.000 soldados para ser desplegados en Mali para ayudar a reconquistar las ciudades que han caído bajo control de los rebeldes.
Estas declaraciones se producen un par de días después de que Sanogo firmase un acuerdo con el bloque de la Comunidad Económica de Países del África Occidental, ECOWAS, que se supone que devolverá a Mali al estado constitucional, y un nuevo presidente de transición que será propuesto en las próximas horas.
Aunque Sanogo dijo el lunes que él decidirá con ECOWAS cómo dirigir el país, después de los 40 días que, según establece la constitución del país, llevará la transición del poder.
“Se ha especificado claramente en el marco del acuerdo, que después de 40 días nos sentaremos con ECOWAS para decidir otro equipo que lidere la transición”, declaró Sanogo.
Según la constitución de Mali, es el presidente de la Asamblea Nacional el que se hace cargo del poder durante un periodo máximo de 40 días hasta que se puedan organizar las elecciones, una vez que la presidencia ha quedado vacante.
Plazo vacío
Sin embargo, el acuerdo firmado el día 6 de abril establece que el límite de 40 días será imposible de cumplir, dada la crisis política que atraviesa el país. Los rebeldes separatistas tuareg ahora controlan la mitad norte de Mali y han declarado su independencia.
El presidente de Mali derrocado, Amadou TOumani Toure dimitió oficialmente el día 8 de abril, después de pasar más de dos semanas escondido, desde que el palacio presidencial fuera atacado por los soldados el 21 de marzo. De todos modos, hubiera tenido que dejar la presidencia pronto, porque estaba a punto de finalizar su segundo mandato.
El presidente de la Asamblea Nacional de Mali, Dioncounda Traore va a jurar su cargo el día 11 de abril, según su jefe de gabinete, Issa Togo.
“¿Es ideal que para alcanzar un acuerdo tenga que dimitir el presidente y deba haber un presidente interino hasta las elecciones? Por supuesto que no es ideal, pero es una señal importante de la restauración del gobierno civil, sin lo cual no creemos que Mali hubiera podido avanzar”, declaró la portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Victoria Nuland, el día 9 de abril.
Los soldados en la base militar que ha servido como gobierno de facto de Mali desde el golpe, han dicho en privado que no estaban contentos con la decisión de su líder, por haber cedido a las presiones y haber devuelto el poder a los civiles.
Por toda la ciudad, los soldados todavía controlan puntos estratégicos, incluido un punto de control en el aeropuerto y varios otros a las puertas de la televisión estatal. El golpe comenzó cuando los soldados tomaron el control de la radiotelevisión estatal, haciendo uso de la misma para diseminar su mensaje.
Factor de complicación
Otro factor que complica la situación es que el jefe de la Asamblea Nacional, Dioncounda Traore, que se supone que ahora será el líder interino, es considerado una figura divisoria. No está claro si tiene el respaldo necesario para mantener el país unido durante la cruda transición, hasta llegar a unas nuevas elecciones.
Los soldados que se hicieron con el poder afirman que lo hicieron por la mala gestión de Toure de l rebelión del norte, que comenzó en enero. La popularidad de Amadou Toumani Toure cayó en picado debido a su falta de asertividad frente a los ataques crecientes, que ocasionaron un gran número de muertes en el mal equipado ejército de Mali.
Después de que Toure fuera forzado a salir del poder, los rebeldes tuareg se han hecho con el poder de las tres mayores ciudades del norte de Mali con éxito: Kidal, Gao y Tombuctú, y el día 6 de abril, el mismo día en que la Junta declaró que dejaba el poder, los rebeldes declararon su independencia.
La pérdida de la mitad norte del país, una región más grande que toda Francia, ha hundido a Mali en la crisis. Los combatientes están divididos entre un grupo secular y una facción islamista, que quiere imponer la sharía en el norte de Mali, tradicionalmente moderado. [Los tuareg rechazaron unirse a este grupo hace tiempo por su excesiva religiosidad, ya que ellos siempre han sido moderados y seculares.]
No está claro cuál de las facciones tiene la sartén por el mango, aunque cada vez parece más claro que Ansar Dine, el grupo islamista, tiene mayor influencia, incluso en Tombuctú, donde controlan la ciudad, mientras que el grupo secular controla el aeropuerto.
MARTIN VOGL
(Mail & Guardian, Suráfrica, 10-04-12)