El ministro de Defensa de Sudán, ha acusado el día 20 de junio a los que combaten al gobierno de crear un “segundo Benghazi”, en el estado fronterizo de Kurdufan Sur, y ha dicho que el ejército continúa realizando esfuerzos para “limpiar la zona”.
La ciudad costera de Libia de Benghazi, es donde los rebeldes han establecido su poder, que intentar expulsar al líder de Libia, Muamar Gadafi.
El ejército del norte de Sudán ha estado combatiendo a los grupos alineados con el Sur, en Kurdofan Sur, un estado del norte rico en petróleo, durante más de dos semanas, aumentando la tensión mientras el Sur se prepara para su definitiva separación del Norte, el 9 de julio.
“Hasta este momento, nuestras fuerzas siguen con los esfuerzos y la lucha por limpiar esta zona y cortar la sedición de raíz”, declaró ante el parlamento, Abdelrahim Mohamed Hussein.
Los analistas siempre han visto la región de Kurdufan Sur como un punto caliente, de cara a la separación de Sur Sudán de Sudán, porque allí viven combatientes que se aliaron con el Sur contra el Norte, durante la guerra civil del Norte contra el Sur, que costó más de dos millones de vidas.
Como legado de ese conflicto, muchos de los combatientes están fuertemente armados y experimentados, según los analistas, y todavía se hacen referencias a ellos como parte del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán, SPLA, el ejército del gobierno del Sur Sudán, pero sus portavoces han declarado que estos elementos ya no pertenecen a sus filas.
Elevado número de víctimas
Los funcionarios del partido dominante en el sur de Sudán, el Movimiento para la Liberación del Pueblo de Sudán, SPLM, han dicho que los combates empezaron en Kurdufan Sur cuando el norte intentó desarmar a los combatientes de allí.
El partido en el gobierno del norte, el Partido del Congreso Nacional, NCP, ha acusado a los combatientes de intentar comenzar una rebelión, después de que el candidato del NCP, Ahmed Haroun, fuera nombrado gobernador del estado, el mes pasado.
Haroun está buscado por el Tribunal Penal Internacional, TPI, por acusaciones de crímenes de guerra, cometidos en la región oeste del país, Darfur, que hace frontera con Kurdufan Sur. El gobierno de Sudán, cuyo presidente, Omar Al Bashir también está buscado por el TPI, no reconoce este tribunal internacional y niega las acusaciones.
El SPLM dice que las elecciones fueron fraudulentas, lo cual niega el norte. Hussein dice que los combatientes rebeldes no estaban intentando tomar el control de la capital del estado de Kurdufan Sur, Kadugli, e instalar por la fuerza en el gobierno regional a Abdelaziz el Helu, el candidato del SPLM en las pasadas elecciones.
Hussein acusa a los rebeldes de planear “la ocupación de Kadugli y otras ciudades, hacerse con el estado de Kurdufan Sur, declarar a el Helu gobernador de Kurdufan Sur y temporalmente presidente del “nuevo Sudán”, y hacer de Kadugli una segunda ciudad de Benghazi”.
Grupos humanitarios temen que aumente la cifra de muertos en el estado, y las Naciones Unidas han declarado que la campaña de bombardeos aéreos ha causado “un enorme sufrimiento” para los civiles de la zona.
El ejército del norte niega estas acusaciones, diciendo que está ayudando a los civiles, no haciéndolos daño.
Los sur-sudaneses votaron a favor de la secesión del norte en el referéndum del pasado mes de enero, una votación prometida en el acuerdo comprehensivo de paz de 2005, que terminó con dos décadas de guerra civil.
(Mail & Guardian, Suráfrica, 21-06-11)
