El Gobierno de los Emiratos me torturó por el color de mi piel

Yo era uno de los 800 trabajadores migrantes africanos negros detenidos, abusados y deportados. Este debería ser el último clavo en la reputación internacional de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).

En las primeras horas del 24 de junio estaba durmiendo en mi habitación en Abu Dhabi cuando la policía irrumpió por la puerta. Vivía en un alojamiento segregado con decenas de personas como yo: inmigrantes africanos negros que trabajan en el sector de servicios en los Emiratos Árabes Unidos (EAU).

La policía forzó la entrada a nuestros apartamentos. Usaron sus pistolas y nos golpearon y esposaron de manos y pies. Luego nos obligaron a subir a los vehículos antes de llevarnos a la cárcel. Estábamos a millas de cualquier lugar, en medio del desierto. Nadie más sabía dónde estábamos.

Mi arresto era parte de un plan más amplio para detener a 800 africanos negros. La experiencia de otros es igualmente inquietante. Mujeres trabajadoras informaron que fueron acosadas sexualmente durante sus arrestos y acusadas de prostitución. Los carceleros dijeron que las autoridades de EAU tenían la intención de «limpiar» las calles de Abu Dhabi de africanos negros. Hombres y mujeres, algunas de ellas embarazadas, estuvieron encadenados durante semanas. Nos negaron atención médica, representación legal y nos golpearon mientras nos «interrogaban». Siempre recordaré las carcajadas de los guardias cuando abusaban de nosotros.

Después de 38 días de detención me pusieron en un vuelo comercial de regreso a Uganda con nada más que mi teléfono y el uniforme de la prisión. Hasta el día de hoy nunca me han acusado, pero nunca volveré.

Existe una clara jerarquía de ciudadanos en los Emiratos Árabes Unidos. De los diez millones de habitantes del país, solo un millón son residentes permanentes. Estos lugareños suelen tener los trabajos mejor pagados y más seguros, con hermosas casas y coches. Los europeos son los siguientes en términos de preferencia, luego los trabajadores migrantes de otros países predominantemente blancos. Les siguen los trabajadores asiáticos y, finalmente, los africanos negros.

Los Emiratos Árabes Unidos, sobre el papel, se han comprometido recientemente en reformas laborales para otorgar una mayor protección a los migrantes dentro del sistema Kafala, a través del cual empresarios patrocinan visas de trabajadores. Pero en mi experiencia, estas protecciones no se aplican a aquellos de nosotros que nos situamos el fondo del montón. Con frecuencia se nos emplea en trabajos físicamente exigentes con bajos salarios. Estamos hechos para vivir en alojamientos segregados y sufrir discriminación en la mayoría de aspectos de nuestra vida diaria. Después de ser deportados ilegalmente, muchos de nuestros trabajos se volvieron a anunciar, pero no se aceptaban solicitantes negros. Por lo tanto, la represión del Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos no fue inesperada, aunque la severidad sorprendió incluso a aquellos de nosotros que vivíamos con constantes abusos.

Los Emiratos Árabes Unidos han violado sus obligaciones internacionales de derechos humanos y destruido las vidas y medios de subsistencia de más de 800 personas. Mis compañeras víctimas y yo instamos a la ONU a que inicie una investigación completa sobre estas acusaciones, especialmente porque la reciente respuesta de los Emiratos Árabes Unidos al informe ha sido una descarada negación.

La comunidad internacional no puede ignorar el abuso de personas que simplemente intentan vivir sus vidas en los Emiratos Árabes Unidos, simplemente porque los malos tratos ocurren fuera de su propio porche. Después de un año de protestas internacionales por las desigualdades raciales en Occidente, es hora de denunciar al racismo en el Golfo.

Pido también a nuestros respectivos gobiernos que hagan más para protegernos y representarnos a nosotros, sus ciudadanos, mientras trabajamos en el extranjero para poder contribuir a nuestros países de origen. Me he puesto en contacto con el gobierno de Uganda y aún no he recibido respuesta. A medida que los EAU ven cada vez más al continente africano como un socio comercial clave, nuestros gobiernos deberían ver esto como una oportunidad para hacer valer los derechos de los migrantes en los EAU.

Existe una imperiosa necesidad de hacer justicia a las víctimas y garantizar la liberación de los más de cien que siguen detenidos ilegalmente. Pero a menos que reconozcamos y abordemos el sistémico racismo en el país, que ha dado paso a tan aborrecible e impactante trato de seres humanos, personas como yo seguiremos siendo secuestradas y torturadas por el color de nuestra piel. El historial de derechos humanos de los EAU es ya espantoso. La gente es detenida por usar la ropa incorrecta, publicar algo incorrecto en redes sociales o simplemente estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. El objetivo racial de 800 personas negras debería ser el último clavo en la reputación internacional de los Emiratos Árabes Unidos.

Kenneth Rubangakene

Fuente: African Arguments

[Fundación Sur]

Artículos relacionados:

– El partido gobernante en Uganda da un paso para la reelección de presidente Museveni en 2021