El gobierno de Libia ha excarcelado a 88 miembros de grupos radicales islámicos, encarcelados por complot para derrocar al gobierno de Muammar Gadafi, según ha comunicado la principal organización benéfica del país.
“Felicitamos a todos los defensores de los derechos humanos por la liberación de 45 miembros del Grupo de Lucha Islámica de Libia, LIFG, y 43 miembros de otros varios grupos jihadistas”, según ha declarado a Asociación de Derechos Humanos en un comunicado.
La asociación es parte de la poderosa Fundación Gadafi, que está dirigida por el hijo del líder libio, Saif Islam.
Los 88 detenidos salieron por las puertas de la prisión de Abu Salim, para abrazar a sus familiares y amigos, según los testigos.
“La liberación es el colofón de los esfuerzos de Saif al Islam”, declara la Asociación en el comunicado.
Los grupos de defensa de los Derechos Humanos afirman que las fuerzas de seguridad de Libia mataron a 1.200 prisioneros en 1996, en Abu salim, situada a las afueras de Trípoli, la capital, cuando los enfrentamientos entre el ejército y los militantes de LIFG se producían en varias ciudades libias.
Los líderes del LIFG encarcelados en Abu Salim han estado negociando con las autoridades durante los dos últimos años, para alcanzar un acuerdo bajo el cual el grupo renuncia a la violencia y a su brazo radical islámico, para obtener a cambio la liberación de los miembros encarcelados.
Las autoridades ya habían liberado a más de 130 miembros del grupo en varias tandas.
Los periódicos de Libia informaron sobre un libro publicado el mes pasado por parte de los líderes encarcelados del LIFG, que ha sido aclamado por algunos expertos islámicos como una “nueva ventana abierta” para promover un Islam moderado entre los islamistas.
Otros expertos islámicos tienen sus dudas sobre la legitimidad intelectual del libro, argumentando que los líderes encarcelados del LIFG no eran libres para expresar sus opiniones genuinas.
LIFG luchó sangrientas batallas en las calles de la ciudad y en las montañas en los año 90, matando a docenas de soldados y policías, como parte de su intento de derrocar al gobierno de Gadafi.
Según fuentes políticas y de seguridad de Libia, al Qaeda ha estado tentando a los combatientes del LIFG para que se unan a su brazo del norte de África, pero la mayoría de los líderes del grupo se han opuesto a la estrategia global de Al Qaeda, y creen que no va a lograr ningún cambio en Libia.
Ahora ya sólo quedan en la cárcel unos 40 miembros del LIFG y otros 11 jihadistas.
(IOL, 16-10-09)