El gobierno de Kenia fue advertido sobre los posibles disturbios en el delta del río Tana en mayo

21/09/2012 | Crónicas y reportajes

Los residentes de la región del río Tana habían dado en mayo tres meses de aviso al gobierno para revocar los nuevos límites territoriales. Afirmaban que los residentes del Noreste intentaban mover las fronteras coloniales y constitucionales.

Existen dudas sobre cuál podría ser la causa raíz de los enfrentamientos en el Delta del Tana, entre las comunidades de Orma y Pokomo. Mientras que en el pasado, los conflictos se han asociado con la competencia por los pastos, el agua y la utilización de la tierra, también hay matices que apuntan a que las escaramuzas podrían tener motivaciones políticas.

Varias personas han sido asesinadas en la zona en las últimas semanas durante violentos enfrentamientos entre las dos comunidades por los derechos de la tierra y los recursos acuíferos. Los pokomo que son agricultores, acusan a los orma, que son pastores de ganado, de dejar que sus animales entren en sus cultivos, destruyendo su cosecha.

Los orma, por otro lado, acusan a los pokomo de negar a su ganado los pastos de la zona, sobre todo en las épocas de sequía. Los orma se quejan de que los cultivos de los pokomo están demasiado cerca de los bancos del río Tana, e impiden a los pastores utilizar el río para que su ganado beba agua.

En mayo, los residentes del río Tana pidieron al gobierno a través del portavoz de la Asamblea Nacional que se ocupase de este problema de los límites territoriales entre la Costa y el Noreste. Dieron al gobierno un aviso con un plazo de tres meses, al término del cual, si no se había ocupado del asunto, ellos lo resolverían por sí mismos por todos los medios posibles.

Se quejan de que los residentes del Noreste están intentando mover los límites coloniales y constitucionales. Sus quejas se producían como resultado de la decisión de la Comisión Independiente Electoral y de demarcación del territorio, IIEBC, de hacer del río Tana el límite de los condados de Ijar y Río Tana. Inicialmente el límite estaba tres millas alejado del río, y eran parte del nuevo territorio de Ijar.

Cuando presentaron su petición en mayo, al Funcionario del Distrito de Tana, George Kamweru, los residentes protagonizaron una manifestación y prometieron que nadie les quitaría su tierra y que no se iban a quedar mirando. “No permitiremos que nos quiten nuestra tierra, ni siquiera un hinche, nuestro pueblo la protegerá por todos los medios si el gobierno no se ocupa de el problema a tiempo”, dijo uno de los residentes.

“Queremos decir a nuestros vecinos de Ijara y Garissa, que nunca ha respetado estos límites inequívocos, que la gente del río Tana conoce sus límites territoriales y está harta de sus actos de agresión, provocación e intimidación al conflicto”, dice la carta de petición de mayo.

Y tres meses después, cumpliendo su palabra, comenzaron los ataques. Atacantes, que se cree que eran de la comunidad pokomo, llegaron armados con armas, machetes, lanzas, arcos y flechas; rodearon un pueblo de unas 120 casas de pastores tradicionales orma y prendieron fuego a 90 de ellas, en Reketa, en el distrito del río Tana. Los atacantes acuchillaron a los que intentaban escapar y los empujaban dentro de las casas en llamas.

Al lunes siguiente, el día 10 de septiembre, se informó de otros asesinatos en venganza, que se cobraron otras 38 vidas, incluidos 9 policías. La seguridad de la provincia contempló pedir refuerzos del ejército para detener el baño de sangre. La cifra de muertos ascendió a 111 personas, en tres semanas de enfrentamientos entre los agricultores pokomo y los pastores orma.

En el ataque del día 10 al pueblo Kilelengwani, al amanecer, participaron hombres fuertemente armados, que se cree que eran de la comunidad orma. La policía que custodiaba el pueblo se vio sobrepasada por los asaltantes. Algunos oficiales de policía huyeron para salvar su vida, después de descubrir que estaban en desventaja, según un trabajador de la Crus Roja de Kenia, Hassan Musa, de Malindi, que llevaba a los supervivientes al hospital.

La cruz roja confirmó que se habían quenado 167 casas, además de un land-rover y un camión que pertenecían a los cuerpos de seguridad. Los vehículos estaban manchados de sangre, lo cual indica que la mayoría de los asesinatos se cometieron allí. Los días estaban contados para los inminentes enfrentamientos entre las dos comunidades que ocupan los condados del Río Tana y el de Ijara, tras una reunión entre los residentes locales, en febrero de este año, sobre el tema de los límites territoriales. El condado del río Tana está en la costa, mientras que el condado de Ijara está en el noreste.

Durante la reunión, líderes del Río Tana acordaron no dejar que ninguna parte de su tierra fuera recortada para beneficio de sus vecinos de Ijara. Dijeron que los políticos estaban detrás de las divisiones y advirtieron que el asunto podría escalar a mayor tensión y violencia entre los dos grupos, pero los sistemas de seguridad en el país no prestaron atención a la alerta.

Liderados por Salim Godhana Maro, concejal de Kinakomba, los líderes dijeron que la franja de tres millas a orillas del río ha sido cortada y que el pueblo no va a aceptar la pérdida de tierra. Se han producido conflictos constantes entre los residentes del río Tana y los de Ijara, por los pastos, la tierra y el agua, y la revisión de los límites territoriales podía causar tensión, según los lugareños. “Nosotros, como líderes de la zona, no podemos aceptar ningún movimiento para recortarnos nuestra tierra, resistiremos con la intensidad que se merece”, afirmó Maro.

Los líderes que se reunieron el 27 de febrero en el río Tana, resolvieron que pedirían al parlamento que no aprobase el informe cuando fuera debatido por el comité legal parlamentario. Maro estuvo acompañado por el concejal de Ndura, Sli Mughana, que dijo que los esfuerzos por contactar con los parlamentarios de la región, Danson Mungatana, de Garsen, Dhadho Godhana, de Galole y Abdi Hub, de Bura, no había tenido éxito. “Los necesitamos para articular estos asuntos de las fronteras, en el parlamento, ya que es un asunto muy emocional y podría llevar al caos en la región”, dijo Maro.

Los líderes dijeron que no se habían producido consultas antes de aprobar el informe de las fronteras, y mantienen que no se hizo ningún esfuerzo para hacerlas cumplir en caso de resistencia. “Ya es hora de que vivamos bien con nuestros vecinos. No deberían darse frecuentes enfrentamientos por pequeñas cosas, este asunto afectará no sólo al Río Tana, sino también a toda la región de la costa, ya que los nuevos límites territoriales van desde Garissa hasta Lamu”, declararon en febrero.

Los residentes del condado del río Tana se han opuesto a la decisión de tener el río como frontera entre los condados de Garissa y el de Ijara. Su insatisfacción quedó de manifiesto cuando el febrero acusaron a la extinta Comisión Independiente Electoral y de Demarcación Territorial de cambiar sus fronteras sin su consentimiento. “Queremos que se mantengan las fronteras coloniales, que son tres mullas a partir del río”, dice Ramadhan Babisani, presidente de la comunidad Wailwana, consejo de ancianos.

Los residentes calificaron el cambio de frontera como una incitación entre los condados y por tanto pidieron al parlamento que rechazase la nueva demarcación, una vez que el proyecto de ley se presentase en el parlamento. “Estas incitaciones a las disputas sobre las fronteras son las que contribuyeron a la violencia post electoral de 2007 y 2008, y no queremos que se repita lo mismo”, explicó uno de ellos, llamado Wachu.

Wachu dijo que le entristecían las palabras de la parlamentaria nominada Sophia Abdi Noor, que también es miembro del Comité de Asuntos Legales, que ha sido citada en algunos medios locales diciendo que el río será utilizado como frontera entre los condados de Rio Tana y Garissa. Los residente dicen que la Comisión se ha extralimitado en su mandato al cambiar la frontera, ya que Río Tana es una provincia de la costa, y Garissa está en la provincia del Noreste.

Hassan Abdi, presidente del foro del condado del río Tana dice que el Comité de Asuntos legales cometió un error al cambiar las fronteras son tener en cuenta las implicaciones de su acción, y también sin consultar a los residentes del condado. Odowa dice que estos conflictos, si no se abordan urgentemente, pueden llevar a baños de sangre como los vividos en el pasado, añadiendo que la zona del río Tana es muy polarizada, sobre todo en cuestiones relacionadas con la tierra.

También dijo que las ciudades de Garissa y Masalani en el condado de Garissa, deberían pagar sus impuestos al condado del río Tana, ya que estas dos ciudades están dentro de las tres millas junto al río Tana que pertenecen al condado del río Tana. Los residentes pidieron que el asunto se tratase con la seriedad necesaria, ya que no quieren quedarse retrasados en cuanto a desarrollo, debido a constantes conflictos.

Los políticos también han sido acusados de tener algo que ver con los enfrentamientos. La semana pasada, el ministro adjunto de Ganadería, Dhadho Godhana, fue interrogado por la policía en relación con la violencia. El parlamentario de Galole, grabó sus declaraciones en la comisaría de la carretera de Kianbu, en Nairobi, y después de la sesión de interrogatorio declaró ante los periodistas que no estaba involucrado en la violencia tribal. Godhana dijo que había dicho a la policía voluntariamente todo lo que sabía sobre la violencia.

Dijo también que la policía debería investigar a los políticos y otros líderes que han tendí algo que ver en la violencia que ha obligado a los miembros de una comunidad a huir de sus hogares. El día 12 de septiembre Godhana reiteró que no estaba preparado para sentarse en ningún foro con el ministro de Seguridad Interna, Yusuf Haji, para discutir asuntos de seguridad en la zona. Godhana explicó que tenía diferencias personales con Haji.

Los líderes locales han acusado al Servicio de Inteligencia Nacional, de los enfrentamientos en el río Tana. Liderados por el ministro de Pesca y Desarrollo, Amason Jeffa Kingi, los líderes dijeron que el Servicio de Inteligencia Nacional no recogió información sobre los enfrentamientos de antemano, lo cual hubiera permitido al gobierno evitar la violencia.

Hablando con los periodistas en Kikambala, Kingi dijo que era mandato del Servicio de Inteligencia Nacional recopilar información antes de que tengan lugar este tipo de crímenes. Añadió que la Agencia le ha fallado a los kenianos. “No se habrían perdido vidas, por eso ellos deben una explicación a los kenianos”, agregó. Kingi aconsejó al gobierno que investigue la causa de raíz de los enfrentamientos y lo resuelva antes de que vuelva a suceder.

El presidente Kibaki, que no ha dicho ni pío sobre el asunto, se dirigió a los organismos de seguridad para imponer un toque de queda en la zona, el día 10 de septiembre. “Los asesinatos de mujeres, niños y hombres inocentes y oficiales de seguridad es un crimen odioso y los culpables deben ser castigados en consecuencia”, dijo el jefe de estado.

KIBIWOTT KOROSS

The Star, Kenia, Thursday, 13 September 2012

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