La República Democrática del Congo ha cerrado la emisión de seis frecuencias FM de la emisora de Radio France Internationale, RFI, en el país, acusándolas de incitar a los disturbios.
El ministro de Información, Lambert Mende, aseguró en un comunicado que RFI “estaba echando aceite al fuego de todos los conflictos armados en el este del país…. Incluso incitando al motín a los soldados congoleños en operaciones de pacificación”.
El gobierno ha criticado desde hace mucho a la periodista de RFI, Ghislaine Dupont, por las informaciones que da sobre el Congo R.D.
Mende aseguró que esta decisión está relacionada con el reportaje de varios meses de luchas entre los rebeldes tutsis, los soldados del gobierno y el ejército ruandés, a finales de 2008 y principios de 2009.
“Estamos hablando de zonas de guerra, donde ella intentaba desestabilizar el país. Cortaremos sus frecuencias, una por una, hasta que nos escuchen”, aseguró el ministro.
Un portavoz de la sede de la emisora en París confirmó que una de sus frecuencias en el norte del Congo R.D. había sido cerrada.
“Lamentamos lo que ha ocurrido por nuestros oyentes, y reiteramos que cubrimos las noticias de una manera imparcial”, señaló.
Dupont fue expulsada del Congo durante la campaña previa a las elecciones de 2006, las primeras en cuatro décadas celebradas en esta gigante nación devastada por la guerra, que confirmaron a Kabila como presidente. Sin embargo, ella ha continuado informando sobre el Congo, desde la sede de RFI en París.
Entonces, la organización Reporteros Sin Fronteras, con sede en París, criticaron duramente su expulsión del país, como una seria violación de la libertad de prensa, y aseguró que estaba motivada por unos “resultados amañados”. La organización clasifica a Congo R.D. como un país en “situación difícil”.
A pesar del final oficial de la guerra del Congo, 1998 – 2003, la mayor parte del este del país sigue siendo un mosaico de baluartes de rebeldes y zonas controladas por las milicias.
La guerra y el desastre humanitario que ha causado han matado a alrededor de cinco millones y medio de personas durante la última década.
(IOL, 06-05-09)