Presentado hace diez años por el Banco Mundial como un proyecto que podría reducir significativamente la pobreza en Camerún, el oleoducto que une Camerún con Chad, no ha dado las satisfacciones que prometía.
Según el informe presentado por tres ONG, Centro para el Medioambiente y el Desarrollo, CED, la Fundación Camerunesa de Acciones Racionalizadas y de Formación sobre Medioambiente, Focarte, y la Red contra el Hambre, Relufa, el proyecto del oleoducto entre Camerún y Chad no ha aportado a Camerún el desarrollo esperado.
El oleoducto petrolero que une Doba, al suroeste de Chad, con Kibri, en el sur de Camerún, a más de 1.000 kilómetros, y que ha costado más de 3.000 millones de euros, fue presentado hace 10 años como un proyecto modelo, para erradicar la pobreza en Camerún y en Chad.
Lejos de haber logrado este objetivo, el oleoducto ha perjudicado en numerosos aspectos a las poblaciones locales, causando enfermedades. La mayoría de los enfermos tampoco ha recibido ninguna compensación, aunque esto es habitual cuando las enfermedades están causadas por una actividad industrial, con polución del agua, del aire, ruidos…
Valery Nodem, responsable de Relufa ha deplorado la mala gestión de los fondos generados por el oleoducto. A finales de 2009, por ejemplo, Camerún se había embolsado casi 100.000 millones de francos CFA, por derechos de tasas y dividendos, pero “el dinero no va a donde debería”.
Al margen de la no rentabilidad socio económica del proyecto, las ONG también han denunciado la falta de preparación frente a los desastres ecológicos. El pasado mes de abril, tuvo lugar una fuga de petróleo frente a las costas de Kribi.
(Bonaberi, Camerún, 08-06-10)