El final del camino para el tren que definió la historia de Kenia

2/06/2017 | Crónicas y reportajes

141106161007-rovos-rail-steam-safari-horizontal-large-gallery.jpgLa construcción ferroviaria en Kenia, al parecer, siempre ha provocado nubes de sospecha y controversia. Al igual que el Standard Gauge Railway (SGR) de hoy, el primer ferrocarril en Kenia comenzó tal disputa en el parlamento británico y la prensa que se ganó su nombre infame, «el Expreso Loco», según fue acertadamente descrito por el escritor y parlamento Henry Laboucher el 30 de julio de 1896.

Laboucher destrozó el apoyo del entonces ministro británico de Relaciones Exteriores George Curzon al proyecto en un famoso poema satírico que decía:

«Lo que costará ninguna palabra lo puede expresar; para lo que sirve nadie lo sabe; donde empezará nadie lo puede adivinar; hacia donde va nadie se lo puede imaginar; lo que llevará no puede ser definido por nadie… es claramente un tren lunático».

Tal fue el nivel de burla que soportaron los defensores del nuevo ferrocarril que tenía la intención de abrir lo que entonces era el África Oriental Británica. Al igual que la SGR de hoy, el costo de los trenes aumentó particularmente la temperatura política entre los legisladores del Reino Unido. Su escepticismo no estaba fuera de lugar. El gobierno estaba haciendo un compromiso financiero de 5,5 millones de libras (siete millones de euros por el tipo de cambio de la moneda actual) para un proyecto cuya viabilidad era todavía especulativa.

La factura de 29 millones de euros, más de 700 veces el costo de su predecesor, provocó protestas similares entre los políticos de la oposición. Pero el gobierno británico siguió adelante con los planes, despachando a Sir George Whitehouse para construir el ferrocarril. El trabajo en el ferrocarril comenzó en el puerto de Mombasa en mayo de 1896. Después del clima caliente y húmedo de Mombasa, el expreso lunático funcionó en contra de los problemas más graves, desde la falta de agua en Tatu a dos leones que amenazaron con detener la construcción en Tsavo.

En el suelo del valle del Rift, los guerreros encontraron en la línea de ferrocarril lo que el escritor Elspeth Huxley describió como «pernos y remaches, armas perfectas para abrir los cráneos de sus enemigos». Cinco millones de libras y 2.493 trabajadores muertos más tarde, el último carril de los 931 kilómetros del «Lunatic Express», fue puesto en el borde del lago Victoria el viernes, 20 de diciembre de 1901

El lugar se llamó Puerto Florencia, hoy Kisumu. El expreso lunático tuvo un impacto tan profundo en la historia del país que un historiador en el museo del ferrocarril dice: «Es solamente en Kenia donde una línea ferroviaria construyó un país y no viceversa.»

Peter Muiruri

Fuente: Standard Digital

[Traducción y edición, Fernando Martín]

[Fundación Sur]


Artículos relacionados:

Mozambique relanza una histórica línea de tren

El monopolio del sector de las comunicaciones en Kenia se ha pronunciado esta semana

«La vida en un campo de refugiados en Kenia»

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster