El final de « Terminator » (Bosco Ntaganda), por Ramón Arozarena

26/03/2013 | Bitácora africana

Desde 1990, cuando se unió al Frente Patriótico Ruandés (FPR) y a su ejército (APR), dirigido por el actual presidente Paul Kagame, que desde Uganda invadió Ruanda, para conquistar el poder en julio de 1994, Bosco Ntaganda ha tenido el discutible honor de participar en numerosos movimientos rebeldes, si bien, entre tanto, también alcanzó el grado de general de las fuerzas armadas congoleñas (FARDC). Hasta hace bien poco, Bosco Ntaganda se pavoneaba por las calles de Goma y se dejaba ver en las terrazas de los mejores restaurantes. Hoy, 22 de marzo de 2013, espera en la Embajada norteamericana en Kigali (Ruanda) la llegada de una misión de la Corte Penal Internacional para ser transferido a la Haya y juzgado por crímenes de guerra y contra la humanidad. Abandonado hasta por su padrino y protector Paul Kagame, a quien tan excelentes servicios ha prestado, el apodado Terminator está a punto de terminar su carrera sangrienta.


HAZAÑAS BÉLICAS de Bosco Ntaganda

• 1973, nace en Kinigi (Ruanda).

• 1990, combate con el FPR, cuando invade Ruanda desde Uganda y en julio de 1994 se hace con el poder en Ruanda.

• 1996, se une junto con el ejército ruandés, APR, a la AFDL), que en mayo 1997 lleva al poder en Kinshasa a Laurent-Désiré Kabila

• Agosto de 1998, se une a la rebelión que desde Goma lanza el RCD contra Kabila.

• 2002, Se une al UPC de Thomas Lubanga en Ituri

• 2005, Se une al CNDP de Laurent Nkunda, que no acepta la autridad de Kinshasa.

• Agosto 2006, Mandato de arresto internacional contra él emitido por la CPI, por crímenes cometidos en su época de jefe militar de la UPC en Ituri.

• 2009, General del ejército congoleño (FARDC), por acuerdo entre el CNDP y el gobierno congoleño, tras suplantar y eliminar el liderazgo de Laurent Nkunda, detenido en Ruanda.

• Abril 2012, Provoca un amotinamiento, del que nace el M23, (sostenido logísticamente y con oficiales y tropas por el ejército ruandés), al sentirse amenazado por posible cumplimento del mandato de arresto internacional

• Febrero 2013, acuerdo, firmado firmado entre otros 11 países por Ruanda, de Addis-Abeba sobre paz, seguridad y desarrollo en la región de los Grandes Lagos; los rebeldes fieles a Bosco Ntaganda lo rechazan.

• Marzo 2013, enfrentamientos armados entre facciones (favorables/contrarios a al acuerdo de Addis-Abeba) del M23; Ntaganda y los suyos pierden; muchos se refugian en Ruanda.

• 18 marzo 2013, Ntaganda se entrega a embajada EEUU en Kigali y pide ser transferido a la CPI

Como numerosos tutsi del interior y del exterior (Uganda, Zaire, Burundi, Tanzania) el joven Bosco Ntaganda se integró en el APR, la rama militar del Frente Patriótico Ruandés (FPR) que en octubre de 1990 invadió desde la frontera ugandesa el norte de Ruanda. En julio de 1994, el FPR se hizo con el poder, tras la terrible tragedia del genocidio de los tutsi del interior que el asesinato del presidente Habyarimana el 6 de abril se desencadenó en Ruanda. Está más que demostrado que el APR antes, durante y después del genocidio tutsi cometió masacres que podrían se calificadas, como así lo ha establecido muchos analistas, como genocidio hutu.

En octubre de 1996, el APR penetró en el Zaire para destruir tanto en la región de Goma (Kivu Norte) como de Bukavu (Kivu Sur) los fronterizos campos de refugiados de hutu ruandeses que albergaban unos dos millones de personas. Esta expedición de limpieza se convirtió inmediatamente en una en una operación, muñida por Ruanda, de liberación del Zaire del indeseable Mobutu. Se conformó la Alianza de Fuerzas Democráticas de Liberación (AFDL) en torno al veterano opositor Laurent-Désiré Kabila. En mayo de 1997 la AFDL estaba ya en Kinshasa. Bosco Ntaganda participó activamente en esta eficaz y aplaudida eliminación del dictador; no habría que olvidar, antes al contrario, que en el camino triunfal hacia Kinshasa, fueron sistemáticamente asesinados, como ha quedado demostrado y denunciado por la ONU, más de 200.000 hutu ruandeses, mientras huían perseguidos despiadadamente por el ejército ruandés en el que hacía muchos méritos Ntaganda.

Laurent-Désiré Kabila decidió en julio de 1998 prescindir de los padrinos ruandeses que le habían llevado al poder pero se habían convertido en incómodos y arrogantes controladores del estado congoleño. La respuesta ruandesa fue inmediata: el 2 de agosto surge en Goma una nueva rebelión “congoleña” en torno al Rassemblement Congolais por la Démocratie (RCD). Bosco Ntaganda está ahí, esta vez contra Kabila. Se trata de la 2ª guerra de liberación que se traduce en la división del Congo por la mitad; división (ocupación y saqueo) que va a durar hasta 2003. De esta época datan los hechos por los que Bosco Ntaganda es perseguido judicialmente por la CPI. Ya en 1999 se desplaza a la Provincia Oriental, concretamente al Ituri y es aquí donde, integrado en la Unión de Patriotas Congoleños (UPC) de Thomas Lubanga y tras recibir en Uganda una formación militar de perfeccionamiento, se convierte en el jefe del brazo armado de este movimiento político-militar, las Fuerzas Patrióticas para la Liberación del Congo (FPLC). La UPC representa los intereses de los hema (próximos a los tutsi) enfrentados a los lendu, en unos conflictos intercomunitarios o interétnicos (2002-2003) de tal violencia que no pueden sino recordar la tragedia ruandesa. En este contexto de masacres, de represalias indiscriminadas, de reclutamiento de niños soldado, emerge el personaje despiadado, el Terminador que se apodera de la persona Bosco Ntaganda.
En 2005, alejado ya de la órbita de la UPC de Ituri, Terminador Bosco Ntaganda se integró en el Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) de Laurent Nkunda, tutsi congoleño, célebre ya por su rebeldía y actividades en los Kivu (en 2004 acudió en ayuda de su compadre Jules Mutebusi – hoy refugiado en Ruanda – a Bukavu donde le recuerdan por sus fechorías). El movimiento de Nkunda, que en su día participó también en la guerra de Ruanda (1990-1994) al lado del FPR, en el RCD y posteriormente se negó a integrarse en el ejército nacional congoleño, fue creado en principio para defender la minoría tutsi congoleña, aunque luego declaró tener pretensiones liberadoras para el conjunto del Congo. El CNDP, un peón eficaz de la política ruandesa, se convirtió en el principal factor desestabilizador del este del Congo y el gobierno congoleño se vio obligado a pactar. Kinshasa logró que Kagame desactivara a Nkunda – los ruandeses lo arrestaron y hoy vive en algún lugar de Ruanda – a cambio de que el ejército ruandés pudiera penetrar en el Congo en persecución de las milicias hutu. Terminator Bosco Ntaganda, por acuerdo del 23 de marzo de 2009, sustituyó a Nkunda a la cabeza del CNDP; fue nombrado general de las FARDC y sus tropas se integraron en el ejército nacional congoleño. Desde entonces ha controlado amplias zonas del Kivu Norte y manejado los hilos de la explotación y comercialización ilegales de las riquezas minerales, en connivencia con la comunidad sobre todo tutsi, del Congo y de Ruanda. Mientras tanto, las organizaciones congoleñas e internacionales de defensa de los derechos humanos siguieron reclamando que el poderoso Ntaganda fuera llevado ante la CPI. El presidente Kabila no sólo desatendió estas reclamaciones, sino que afirmó explícitamente que optaba antes “por la paz que por la justicia” y que Ntaganda constituía un elemento indispensable para la pacificación del convulso este congoleño.

Las contestadas elecciones de noviembre de 2011 lejos de fortalecer al ganador Kabila, debilitaron grandemente al régimen; el 14 de marzo de 2012 Thomas Lubangu, jefe de la UPC fue reconocido culpable por la CPI. El clamor y la presión para que Kabila entregara la cabeza de Bosco Ntaganda fueron cada vez más fuertes. El presidente Joseph Kabila parecía ya dispuesto a ceder, a dar satisfacciones a las exigencias internacionales y así recuperar algo del prestigio perdido. Ntaganda se retiró de la primera línea y dejó el mando de los suyos al coronel Sultani Makenga. Nació en abril un nuevo movimiento rebelde formado por exCNDP, que desertaron de las FARDC: el M23. Las investigaciones sobre el terreno del grupo de expertos de la ONU han demostrado sin lugar a duda alguna que el ejército ruandés, tal y como sucedió en el pasado con la AFDL, el RCD, el CNDP, ha apoyado logísticamente con material y tropa el “nuevo” grupo rebelde.
El 24 de febrero dirigentes de 11 países africanos firmaron el Acuerdo-marco de Addis-Abeba sobre paz, seguridad y desarrollo de la región de los Grandes Lagos. Entre otros puntos, los Estado de la zona se comprometen a no interferir en los asuntos internos de cada país y a no acoger, proteger y ayudar a grupos armados extranjeros en el interior de los estados que pongan en peligro la seguridad de todos. Este acuerdo, paralelo a las conversaciones que se siguen celebrando entre representantes del M23 y del gobierno congoleño, ha provocado enfrentamientos violentos armados en el interior del M23. Los partidarios de rechazar los compromisos y proseguir la lucha armada, la facción que se identifica con los planteamientos de Bosco Ntaganda frente a los de su lugarteniente Sultani Makenga, han salido perdedores en esta pugna fratricida; muchos de ellos han huido a Ruanda. Bosco Ntaganda se ha entregado en la embajada de EEUU en Kigali y ha solicitado ser enviado a la Haya.

Todo parece indicar que Terminador, alumno aventajado de Paul Kagame, terminará en la Haya.

Autor

  • Arozarena, Ramón

    Catedrático de Francés, jubilado.

    Cooperante con su mujer en Ruanda, como profesores de la Escuela Normal de Rwaza, de 1969 a 1973.

    Coordinador de la red de escuelas primarias en los campos de refugiados ruandeses de Goma (Mugunga, Kibumba, Kahindo y Katale), en 1995, con un programa de Caritas Internacional.

    Observador – integrado en las organizaciones de la sociedad civil congoleña – de las elecciones presidenciales y legislativas de la República Democrática del Congo, en Bukavu y en Bunia, en julio y octubre de 2006.

    Socio de las ONGDs Nakupenda-Áfrika, Medicus Mundi Navarra y colaborador de los Comités de Solidaridad con África Negra (UMOYA).

    Ha traducido al castellano varios libros relativos a la situación en Ruanda.

    Ha escrito y/o traducido para CIDAF (Ahora Fundación Sur) algunos cuadernos monográficos sobre los países de la región de los Grandes Lagos.

    Parlamentario por Euskadiko Ezkerra, entre 1987-1991, en el Parlamento de Navarra.

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