El fantasma de Mr. Taylor, por Eva Feito

4/06/2018 | Bitácora africana

ebo_taylor.jpg Ya es la tercera temporada que los escenarios españoles reciben la visita de uno de los iconos de la música africana contemporánea.

Ebo Taylor (Salt Pond City, Ghana, 1936) es toda una referencia de la música en su país natal. Su guitarra, composiciones, voz y talante han acompañado a diferentes bandas desde finales de los cincuenta del siglo XX, cuando el highlife era el estilo que pegaba en los países de habla inglesa del África Occidental, hasta el punto de convertirse en la música nacional de la Ghana recién independizada (6 de marzo del año 1957, presidente Nwame Nkrumah). Un nuevo aire de libertad y esperanza sobrevolaba estos años, y la música no podía mantenerse al margen.

En este ambiente de optimismo el joven Ebo pudo viajar a Londres, donde llegó a colaborar con Fela Kuti, por entonces también en la onda del highlife con sus primeras formaciones “Highlife Rakers”, rebautizado como “Koola Lobitos”.

A pesar de su celebridad, el éxito internacional de Taylor no llegaría hasta el siglo XXI. Como ya recogimos en la previa de su gira 2016, varios temas suyos aparecían incluidos en los recopilatorios “Ghana Soundz” (Soundway Records, 2002 y 2008), aunque fue con la reedición de su disco “Love & Death” de la mano del sello alemán Strut Records en 2010, cuando llegaría su reconocimiento internacional.

Todos sus grandes éxitos contenidos en estos y otros trabajos fueron versionados por la Salt Pond City Band la noche de ayer, que venía a presentar su nuevo trabajo firmado por el “sello Ebo Taylor”: “Yen Ara” (Mr. Bongo, 2018). Una formación de ocho músicos agrupados en torno a dos de los hijos del patriarca, Henri (voz, dirección y teclados), y Rox X (voz y guitarra), que en estudio puede funcionar bastante bien pero que en directo dio lugar a un espectáculo rayano a lo decadente y comercial, cuyo objetivo principal es evidente.

Tres de los temas clásicos encabezados por “Mizin”, tocados a un tempo demasiado rápido -como si tuvieran prisa por terminar cuando acababan de empezar- abrieron la actuación, que comenzó con un lleno casi absoluto tras la larga hora de espera del público asistente en la madrileña Sala But. ¿Un curioso y premonitorio nombre para la bizarra noche que nos aguardaba?

El “maestro de ceremonias” Henry Taylor ya nos anunciaba que Mr. Taylor saldría tras la acelerada introducción, no fuera que alguien entre el público se sintiera engañado o preocupado por la salud del octogenario músico. “Ayesama” fue el tema elegido para que el protagonista de la noche hiciera acto de presencia entre los presentes. No tardó en ocupar la silla que le estaba reservada y de la que no se levantaría más que para salir del escenario. Mientras a duras penas seguía la letra de la canción, ante las inquietantes miradas de su vástago Roy X, más de un espectador no podía evitar pensar que este señor no estaba en el sitio más adecuado para su estado.

Y como venían a presentar el nuevo trabajo, la banda hizo bailar al personal con algunos de sus temas como “Mumudey Mumudey”, “Ankoma’m” en el que a Ebo no le llegaba la voz, o los moralizadores “Poverty No Good” y “Mind Your Business”.

Una orquesta bien sincronizada, sin duda resultado de una práctica y preparación oportunas, en la que no acababa de cuadrar una presencia casi inquietante del cabeza de cartel. Ya quedarán para el recuerdo los conciertos donde aún nos deleitaba con las notas de su guitarra salpicadas de algún bailecito, su energía y su voz aún expresiva.

Quizá Mr. Taylor no tuviera su mejor noche, o quizá la pregunta que lanzábamos el año pasado a raíz de la visita de Taylor, “Pasado, presente ¿y futuro? del highlife-funk-afrobeat” ya tenga respuesta.

Original en : KULTURAFRICA

Autor

  • Feito, Eva

    Historiadora del arte especializada en culturas africanas y Máster euro-africano en “Cultura y Desarrollo en África”. Entiendo las manifestaciones culturales como productos híbridos y vivos. Me interesan la literatura, la música y la danza contemporáneas, el cine, y cómo estos reflejan las migraciones, la diáspora y la mirada femenina del mundo. Intento contribuir a la visibilización de África reflejando la creatividad del continente desde una óptica positiva".

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