Joseph Kabila ha aparecido en Kenia después de haber sido condenado a pena de muerte por crímenes de guerra, traición, crímenes de lesa humanidad, así como tortura y colaboración con la rebelión armada. El antiguo presidente y senador fue visto en una ceremonia en Nairobi, la capital de Kenia, junto con opositores al gobierno.
El actual gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) ha acusado a Kabila de colaborar con el grupo ruandés “M23, que tomó ciudades clave en un ataque rápido en enero en el este del Congo”, una zona rica en minerales. Kabila ha negado semejantes acusaciones, aunque es cierto que ha expresado su “apoyo a los rebeldes en una artículo de opinión en el South African newspaper Sunday Times”. El objetivo de la ceremonia era apelar a toda la población congoleña que estuviese “en contra de la dictadura”, y en concreto para “poner fin a la tiranía, restaurar la autoridad, la democracia y promover una reconciliación nacional”.
Kabila, que llegó al poder con 29 años sucediendo a su padre que fue asesinado, postergó las elecciones dos años, cuando se celebraron en 2019, Félix Tshisekedi fue nombrado presidente. Esta fue considerada la primera “transición pacífica de poder en el Congo, después de que el país consiguiera su independencia de Bélgica en 1960”. En un principio ambos llegaron a un acuerdo para compartir el poder, pero la relación fue enfriándose hasta la situación actual.
Fuentes: Qiraat – Africa News – AP News
[CIDAF – UCM]
