El enemigo digital

28/03/2017 | Opinión

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Son muchos los usuarios de redes sociales de Kenia preocupados por la posibilidad de que el gobierno tumbe internet durante las Elecciones Generales de agosto. Las Autoridades de Comunicación de Kenia han intentado convencer a los votantes de que esto es poco probable. Sin embargo, el temor de que la libertad en internet esté en peligro no son infundados.

La lista de los países africanos que han bloqueado el acceso a las redes sociales en particular y a internet en general durante las elecciones y otros periodos políticos delicados está aumentando.

Durante el año pasado, a esta lista se sumaron: Camerún, Chad, República Democrática del Congo, Gabón, Gambia, la República del Congo y Uganda.

Otros países, como Etiopía y Madagascar han creado leyes sobre delincuencia informática que amenazan la libertad de expresión en la red.

En otros lugares, se han dado casos de detenciones de usuarios de redes sociales, incluidos periodistas, por el contenido que han compartido online.

Tales acciones se justifican a menudo con la excusa de “preservar la paz y la seguridad” ya que las redes sociales ofrecen una potencial plataforma de difusión de discursos de odio e incitación a la violencia.

Esto resulta particularmente problemático en contextos donde los candidatos políticos utilizan las diferencias étnicas o religiosas para movilizar apoyos. El mensaje de este tipo de mensajes de textos incendiarios en la violencia que envolvió las elecciones keniatas de 2007, por ejemplo, se evoca a menudo como un recordatorio de los potenciales peligros de la comunicación de masas no regulada.

El actual conflicto en Sudán del Sur fue alimentado por rumores y discursos de odio online. Algunos llegaron a considerar a un post falso de Facebook el causante de 150 muertes. En algunas partes de África, las redes sociales sirven como herramienta de reclutamiento y comunicación a grupos terroristas.

El gobierno afirma que las redes sociales son peligrosas y no deben considerarse una fuente de valor. Las nuevas formas de comunicación están sacudiendo las competencias de los gobiernos por toda África. Para los regímenes que buscan perpetuarse en el poder, esto puede tener consecuencias alarmantes.

ALCANZANDO A MILES

Las redes sociales proporcionan nuevas maneras de compartir la información rápidamente y con un gran número de personas. En el pasado, un chiste burlándose de un político, llegaría como mucho al grupo de amigos de turno. Hoy podría llegar a miles de personas.

Blogs y plataformas como WhatsApp se han convertido en importantes fuentes de información para muchos usuarios de internet, acercándoles lo que se comunica en medios más tradicionales.

Y, bromas aparte, las violaciones del gobierno de los procesos electorales establecidos u otro tipo de violaciones de derechos humanos pueden ser expuestos online con una facilidad abrumadora.

Las redes sociales han desempeñado un gran papel en el emponderamiento de la sociedad civil y ayuda a organizar movimientos de oposición en algunos de los países más autoritarios de África.

En países como Tanzania, las restricciones de las conversaciones online han ido acompañadas de medidas offline complemetnarias. Esto incluye la prohibición de manifestaciones políticas y el enjuiciamiento por sedición a miembros de la oposición.

La MAGIA DE LAS VPN

Ante la censura del gobierno, los ciudadanos han encontrado formas de resistirse a la coacción de su libertad de expresión. Por ejemplo, en 2016, muchos ugandeses socavaron los intentos de bloquear el acceso a las redes sociales utilizando redes virtuales privadas (VPN, por sus siglas en inglés) para conectarse.

Puede que las operadoras telefónicas tengan que responder preguntas sobre si harán algo más por enfrentarse a las restricciones del gobierno en el futuro.

Desafiar una legislación restrictiva en los tribunales también puede tener éxito. En Kenia, por ejemplo, fue declarada inconstitucional una disposición legal relativa al “uso indebido de los dispositivos telecomunicaciones”.

En la vecina Tanzania, sin embargo, el intento de impugnar la Ley de Delitos Cibernéticos fue desestimado.

Va quedando claro que el tema de las redes sociales no afecta solamente a los países africanos…

Entre junio de 2015 y julio de 2016 se produjeron 81 interrupciones del acceso a internet en 19 países, entre ellos Indio, Turquía y Vietnam.

A escala global, el crecimiento de las redes sociales ha alimentado el debate sobre donde debe establecerse la línea que separa la libertad de expresión de la difusión del odio y los extremismos. Y estos debates son urgentes en algunas partes de África.

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En 2017, una serie de países que tienen historias recientes de violencia electoral celebrarán elecciones. Aquí, las divisiones étnicas y regionales han sido manipuladas en el pasado por candidatos políticos.

Por lo tanto, es necesario asegurar que las redes sociales no se utilizan para incitar a la violencia o difundir rumores peligrosos. El problema sigue siendo como impedir que los gobiernos aprovechen esta necesidad para limitar los derechos e sus ciudadanos

CHARLOTTE CROSS

Fuente: africapedia

[Traducción y edición, Sarai de la Mata]

[Fundación Sur]


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