El Fasher, la sitiada capital de Darfur del Norte, ha caído en manos de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) este pasado domingo. Fuentes del ejército nacional han comunicado haber abandonado la localidad con el fin de proteger a la población ante la “destrucción y asesinato sistemático de civiles”, intentado proteger “a los ciudadanos restantes y al resto de la ciudad de la destrucción”. El portavoz de la fuerza militar conjunta murió durante los enfrentamientos que estallaron después de que las RSF tomaran la sede de la 6ª División de Infantería del ejército.
La guerra civil de Sudán se ha llevado por delante la vida de decenas de miles de personas y ha desplazado a casi 12 millones desde abril de 2023. La ciudad de El Fasher llevaba asediada desde mayo del año pasado, experimentando una situación cada vez más crítica, convirtiéndose en un centro de destrucción, enfermedades y violencia. La ONU ha denunciado las atrocidades cometidas por las RSF y Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, puesto en evidencia la violación del derecho internacional humanitario. Además, partidos políticos sudaneses denuncian que la RSF y otras fuerzas han cometido ejecuciones sumarias, calificándolas como posibles crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Tras esta conquista, las RSF cuentan ya con el control de facto de Darfur. En este contexto, la caída de la ciudad representa un cambio táctico en el conflicto sudanés. El ejército promete “recuperar todo el territorio profanado por los traidores”. Desde hace ya tiempo que se está demandando la apertura de corredores humanitarios para llevar ayuda y alimentos y evacuar a heridos y civiles.
Fuente: Sudan Tribune
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