El ejército de Madagascar irrumpió el día 20 de noviembre en el cuartel en el que se refugiaban los oficiales rebeldes, terminando con cuatro días de motín, en los que el grupo quería el derrocamiento del presidente Andry Rajoelina.
El grupo de oficiales rebeldes proclamó sus planes desde el cuartel el día 17, mientras el país votaba en un referéndum sobre la nueva constitución, y pidieron a los demás militares que se unieran a su causa.
Pero los oficiales rebeldes permanecieron aislados y altos mandos del ejército se reunieron con ellos para intentar resolver su resistencia, sin llegar a la fuerza.
Analistas políticos aseguraron que cuanto más durase su postura disidente, más daño haría a Rajoelina y su administración, que podría interpretarse como que el ejército se negaba a aceptar las órdenes.
El asalto al cuartel de los oficiales amotinados se produjo el sábado día 20. Unos 100 hombres asaltaron el cuartel durante más de 20 minutos. Nada más detenerse los disparos, un convoy de más de una docena de vehículos abandonó el cuartel, situado a las afueras de la capital, Antananarivo.
Según fuentes militares, los oficiales amotinados se entregaron.
(Mail & Guardian, Suráfrica, 22-11-10)