Madagascar continúa atravesando la crisis política que comenzó con la irrupción de protestas populares a finales de septiembre. El presidente del país, Andry Rajoelina, ha denunciado un “intento de toma de poder ilegal y por la fuerza”. Esto se debe a la repentina alineación de las fuerzas armadas con el movimiento de la protesta. Concretamente se trata de las tropas de la unidad de élite CAPSAT (Contingente Administrativo y Técnico de Servicios Especiales), que son los mismos que ayudaron a Rajoelina a tomar el poder en 2009.
Este domingo 12 de octubre, oficiales de CAPSAT han afirmado tener el mando de las operaciones de seguridad del país, coordinando todas las ramas militares desde su base en las afueras de la capital: “A partir de ahora, todas las órdenes del ejército malgache, ya sea terrestre, aéreo o naval, procederán del cuartel general de CAPSAT”. A su vez, nombraron al general Demosthene Pikulas, exdirector de la Academia Militar, como jefe del ejército. Por otro lado, una unidad de la gendarmería paramilitar rompió filas con el gobierno este domingo, declarando que prohibía “todo uso de la fuerza y cualquier comportamiento inapropiado hacia nuestros [sus] ciudadanos”, y que se coordinarán con el cuartel general de CAPSAT. Los militares han declarado: “No obedezcáis las órdenes de vuestros superiores. Apuntad con vuestras armas a aquellos que os ordenen disparar contra vuestros compañeros de armas, porque ellos no cuidarán de nuestras familias si morimos”. A su vez, este sábado se ha podido apreciar la escena de decenas de soldados escoltando a miles de manifestantes en una marcha hacia la Plaza 13 de Mayo de Antananarivo, escenario de numerosos levantamientos que se había encontrado fuera de alcance durante los primeros días de disturbios. A la concentración pacífica asistieron líderes de la oposición, entre ellos el expresidente Marc Ravalomanana.
Este apoyo por parte de fuerzas militares ha sido interpretado en la oficina de Rajoelina como una construcción hacia un intento de toma ilegal y forzosa del poder. Por otro lado, los manifestantes de la Generación Z continúan negándose a establecer cualquier tipo de diálogo con el jefe de Estado, pues consideran que sus voces han sido ignoradas durante todos estos años y ahora les toca a ellos no escuchar las peticiones del gobierno. Exigen la dimisión de Rajoelina y la disolución del Gobierno nacional y del Senado, señalando que continuarán movilizándose hasta conseguirlo.
Rajoelina, que cuenta con la ciudadanía gala, ha volado a Francia, supuestamente a bordo de un avión militar francés, tras un acuerdo con el presidente Macron y ordenado la disolución del parlamento. Por su parte, la Asamblea Nacional votó a favor de destituir al presidente, dejando un vacío de poder que parece haber asumido el ejército. Algunos simpatizantes del régimen de Rajoelina, como el anterior primer ministro Christian Ntsay o el empresario Mamy Ravatomanga, el hombre más rico de la isla, han abandonado el país en un avión privado aterrizando en la isla de Mauricio. Cabe destacar que esta situación se da poco después de que la oficina presidencial declarase este sábado 11 que el presidente y el primer ministro estaban “en pleno control de los asuntos de la nación”. Por otro lado, si se confirma que Andry Rajoelina ha abandonado el país, abdicando de facto, supondría un vacío de poder que no está claro quién asumiría, pues el general Richard Ravalomanana ha sido destituido de sus funciones como presidente del Senado.
Fuente: AlJazeera – Qiraat Africa
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