Un informe reciente de Human Rights Watch (HRW) señala que las Fuerzas Armadas de Burkina Faso llevaron a cabo el pasado febrero más de 200 ejecuciones sumarias de civiles, incluyendo al menos 56 niños, en dos aldeas del norte del país en febrero. HRW acusa a los militares de realizar una campaña generalizada contra civiles sospechosos de colaborar con los grupos armados, señalando que los soldados mataron al menos a 44 personas en la aldea de Nondin y a 179 en Soro. El informe de HRW se basa en entrevistas con testigos, análisis de videos y fotografías, así como en la ubicación de fosas comunes mediante imágenes de satélite.

Burkina Faso enfrenta una crisis de seguridad, con aproximadamente la mitad del territorio fuera del control del gobierno, y una escalada de violencia que ha dejado miles de muertos y millones de desplazados. Estos ataques ocurrieron durante una ola de violencia en Burkina Faso, donde grupos armados llevaron a cabo ataques simultáneos en todo el país, asesinando a decenas de civiles, soldados y milicianos.

Aunque el ministro de Defensa denunció los ataques coordinados, no hizo mención de las ejecuciones en masa de civiles en Nondin y Soro. Burkina Faso está gobernado por un régimen militar desde un golpe de Estado en 2022. El gobierno ha sido criticado por su enfoque en la contrainsurgencia, así como por abusos contra los derechos humanos. HRW ha instado a la creación de una investigación internacional sobre posibles crímenes de lesa humanidad en Burkina Faso, mientras que Estados Unidos ha impuesto sanciones a los líderes de los grupos terroristas en la región, incluyendo a miembros de Jama’at Nusrat al-Islam wal-Muslimin (JNIM) en Malí y Burkina Faso.

Fuente Al Jazeera 

[Traducción y edición, Bruno Rodríguez]

[CIDAF-UCM]