Podría haber sido una leyenda pero ha quedado, en los archivos de la historia, como un paria. Baye Fall, más conocido como “Siki”, debe su triunfo a su negativa a participar en una coreografía pugilística, amañada por uno de los más grandes campeones de la disciplina, Georges Carpentier. Gracias a ello, “Siki”, consiguió el primer título mundial de boxeo ganado por un africano.
El ring de Buffalo de Montrouge, el 24 de septiembre de 1922, estaba lleno a rebosar de fans del boxeo para asistir a un combate entre Georges Carpentier, el campeón francés del momento y “Siki”, un boxeador senegalés. Lo que el público no sabía es que el resultado de este combate estaba amañado. Georges Carpentier, el campeón de los pesos pesados y semi pesados decidió elegir a un oponente no muy peligroso, para asegurarse el título. Su elección recayó en el joven Baye Fall. Seguro de sí mismo, Georges Carpentier llegó sin entrenar al combate que decidiría el cinturón de campeón del peso semipesado de Francia, Europa y el mundo. Además, la gente del entorno de Georges Carpentier, conocedora de que el combate estaba amañado apostó grandes sumas de dinero. Durante algún tiempo, creyeron que habían hecho la elección correcta.
Al comienzo del combate Georges Carpentier castiga duramente a “Siki”. El nativo de Saint Louis, Senegal, lucha por mantener alta la cabeza. Siguiendo el juego, encaja los golpes y responde algunas veces. Sin embargo, según van pasando los minutos, la rabia le da nueva vida a “Siki”. En ese momento, el público puede ver que el boxeador senegalés no tiene nada que ver con la víctima expiatoria pedida por Georges Carpentier. Los golpes de “Siki” ya no son los de un sparring, sino los de un aspirante al título, preparado para luchar contra su rival. La ventaja de Carpentier, que no entiende el comportamiento de su oponente, se reduce significativamente. Los franceses todavía están tratando de comprender lo que está sucediendo cuando un gancho de “Siki” envía a Carpentier a la lona. François Deschamps, el manager de Carpentier está sudando. Cree ver el final del túnel cuando el árbitro, informado de la situación, descalifica a “Siki”. Pero la multitud se niega a aceptar esta descalificación. El campeón ha sido golpeado por “Siki”. El KO es, finalmente, validado por el árbitro, 20 minutos después, a causa de la presión de Hellers, entrenador de “Siki” y de los espectadores. El senegalés se marcha con su cinturón bajo la furiosa mirada furiosa de Georges Carpentier y de su manager. Ese 24 de septiembre de 1922, “Siki” se convierte en el primer africano campeón mundial de boxeo.
En el contexto de la colonización, la victoria de “Siki” empaña la imagen de los franceses que se ven humillados en un deporte donde eran los reyes. Posteriormente el senegalés fue condenado al ostracismo. Por otro lado, “Siki” no ayudó con su comportamiento. El senegalés cae en todos los excesos. Bebe y se comporta de forma excéntrica. La federación francesa de boxeo le retira sus títulos y le prohíbe boxear. Blaise Diagne, un diputado senegalés, interviene para que le vuelvan a admitir. “Siki” debe defender su título ante el estadounidense Mike McTigue en Dublín, Irlanda. El senegalés pierde sus combates, para deleite de toda Europa. Se fue a América con el fin de reactivar su carrera, pero la tierra de la esperanza será la tumba del boxeador. Fue encontrado muerto, abatido por 4 balas, en el barrio de Hell’s Kitchen. Con sólo 28 años así termina la historia de un éxito y una decadencia igualmente deslumbrantes, la de “Siki”, el primer campeón mundial de boxeo de África.
ecceafrica.com
Fundación Sur
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