Sábado 10 septiembre de 1960, el público del estadio Olímpico de Roma va a ser testigo de un momento histórico. Descalzo, Abebe Bikila, hará historia al convertirse en el primer africano negro en ganar una medalla de oro olímpica.
Este 10 de septiembre de 1960, en plena tarde, el público está reunido para asistir a la famosa maratón, una de las pruebas de atletismo más populares de las olimpiadas. Convencidos de ver ganar a uno de los favoritos, la multitud corea los nombres de las celebridades en esa distancia como el argentino Osvaldo Suárez y el marroquí Rhadi Ben Abdessalam. Nadie presta atención al flaco etíope, de 28 años, venido a sustituir, para esa carrera, a un compañero de equipo lesionado. Camiseta verde, dorsal número 11, pantalones cortos rojos y amarillos, como complemento de los colores de Etiopía, Abebe Bikila va a causar el asombro de los espectadores. Estos mismos espectadores que le prestan poca atención, se dan cuenta, unos momentos antes del comienzo de la carrera, de que el joven etíope tiene la intención de correr descalzo. Algunos, están convencidos de su locura, mientras que otros, alimentados con los estereotipos sobre África, se quejan a la Federación de que podría haber proporcionado unas zapatillas al atleta.
Lo que todas estas personas no saben es que para Abebe Bikila esta no es su primera maratón corriendo descalzo. Además, él estaba predestinado para la maratón. Nacido en Jato, Etiopía, el 7 de agosto de 1932, el día de la maratón olímpica de Los Ángeles, Abebe Bikila se unió, unos años más tarde, a la Guardia Imperial de Haile Selassie. Sin embargo, el joven tiene una pasión, la maratón. Se entrena él sólo en los suelos semiáridos de Etiopía antes de ser descubierto, en 1959, por los órganos de atletismo de Etiopía y por Onni Niskanen, miembro de la Cruz Roja y apasionado del atletismo, que se convirtió en su entrenador. Abebe que ha entrenado toda su vida descalzo, no se rinde a cambiar, a pesar de todos los esfuerzos del sueco. Seleccionado con el equipo olímpico, incluso probó en Roma muchísimos zapatos sin éxito.
Entre los presentes, solamente su entrenador Niskanen parece dar una oportunidad a su pupilo. Será el único que no se sorprendió del inicio de carrera de Abebe Bikila. El etíope parece llevar los legendarios zapatos de Hermes, su zancada es natural y fluida. Después de tomar la delantera en la carrera, ya no la dejará. Al llegar al kilómetro 41, deja completamente atrás al marroquí Rhadi Abdessalam, el único que conseguía seguirle de cerca. 2 h 15 min y 16 s después del inicio de la carrera, Abebe Bikila ganó la maratón, para sorpresa de todos. El etíope, que venía de la guardia imperial, entró en la historia, con los pies descalzos, en la vía romana, convirtiéndose en el primer atleta negro medallista olímpico de África.
Abebe acabará por llevar zapatillas, pero no dejará de escribir historia. En 1964 también ganó la maratón olímpica, situándose entre las leyendas de este deporte. Dejó de competir en 1968 y murió en 1973 de una hemorragia cerebral. Muerto a los 41 años el fantástico etíope ha pasado a la historia como uno de los más grandes maratonianos de la historia. Y su leyenda, no dejará de correr en la memoria de muchas generaciones de africanos.
ecceafrica.com
Fundación Sur
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