El tambaleante gobierno de unidad de Zimbabue cumple dos años en el poder el día 11 de febrero, pero la petición del presidente Robert Mugabe para tener elecciones anticipadas ha despertado los temores de que se repita la violencia generalizada que enturbió las elecciones de 2008.
El archienemigo de Mugabe convertido en primer ministro, Morgan Tsvangirai, del Movimiento para el Cambio Democrático, MDC, ganó las elecciones de 2008, pero no obtuvo mayoría, lo que llevó al país a una sangrienta segunda ronda de votaciones. Tsvangirai se retiró finalmente de la segunda ronda, alegando la violencia contra sus seguidores, permitiendo así a Mugabe ganar las elecciones en las que no tuvo oposición y causando un estancamiento político de larga duración.
Después de unas negociaciones con mediadores de líderes del África Austral, se formó un gobierno de unidad el 11 de febrero de 2009, pero ha estado plagado de luchas internas.
“No se puede permitir que continúe”
El año pasado, Mugabe, que es acusado por los críticos de sofocar los derechos humanos y la democracia, pidió que se celebrasen elecciones, citando que “no se puede permitir que continúe” el incómodo gobierno de reparto de poder.
“Ojalá que los que quieren elecciones pudieran celebrarlas entre ellos, sin implicarnos a nosotros, la gente corriente”, lamenta Ernest Tsambo. “Estamos viviendo en paz con nuestros vecinos ahora, pero una vez que comience la campaña electoral, empezaremos a pelear entre nosotros y eso no es bueno para el país”, añade.
“Si empezamos a hablar de elecciones, la primera cosa que viene a la mente de las personas es el trauma que sufrieron en 2008”, dice Okay Machisa, director de la Asociación de Derechos Humanos de Zimbabue, que ayudó a cientos de víctimas de las violencia. “Deberíamos estar hablando de reformas en el sector de la seguridad, los medios y el sistema electoral, no de elecciones”, añade.
A lo largo de las últimas dos semanas, se ha informado de nuevos enfrentamientos producidos entre jóvenes que apoyan al partido Zanu-PF de Mugabe y otros que apoyan al MDC de Tsvangirai, pero la violencia ha sido denunciada por ambas partes.
En el lado positivo, el nuevo gobierno ha estabilizado la economía y frenado la hiperinflación de su punto más álgido de 230 millones por ciento en 2008, a 3.2 %.
Mugabe, a cargo del país desde su independencia de Gran Bretaña en 1980, está presionando para que se celebren elecciones a pesar del hecho de que todavía no se ha elaborado una nueva constitución, que se supone que es lo que va a preparar el camino para las nuevas elecciones.
Como parte del pacto de reparto de poder, los partidos rivales acordaron elaborar una nueva constitución y reformar las leyes de medios y electoral, consideradas draconianas, para garantizar unas elecciones libres y justas.
Farsa
Rindai Chipfunde Vava, directora de la coalición de monitorización de las elecciones, Red de Apoyo a las Elecciones de Zimbabue, ZESN por sus siglas en inglés, dice que cualquier elección sin reformas será una farsa.
“Las listas de votantes son un caos y es necesario limpiarla de personas muertas y nombres duplicados”, explica Chipfuende Vava.
Un informe titulado “Informe sobre la observación de las listas de votantes”, publicado por la ZESN en enero, revela que casi un tercio de los nombres que aparecen en la lista de votantes de Zimbabue, son personas fallecidas.
“También pedimos acceso libre e igualitario a los medios por parte de todos los candidatos que se presenten, y que el órgano de Reconciliación Nacional sea dotado de más capacidad de actuación y asistir a los incidentes que ocurrieron en 2008”, explica la zimbabuense, “Sin estas condiciones mínimas nos encontraremos con que hemos vuelto a la primera casilla, una repetición de lo que pasó… Creemos que las elecciones deberían hacernos avanzar, no retroceder”.
El ministro de Finanzas y secretario general del MDC, Tendai Biti, dice que su partido querría elecciones sólo si se dan unas condiciones de juego limpio. “El partido quiere elecciones, pero debe haber una atmósfera para unas elecciones libres y justas”, explica Biti, “Debe existir seguridad para las personas, Nosotros decimos Sí a las elecciones, pero no al baño de sangre”.
Takura Zhangazha, un analista político independiente residente en Harare, dice que en estos momentos es imposible poder llevar a cabo unas elecciones libres y justas. “No se han reparado los asuntos de la violencia política. No hay confianza en el ciudadano zimbabuense sobre que su voto cuente para nada, por lo que ven hasta el momento”, cuenta Zhangazha.
(Mail & Guardian, Suráfrica, 10-02-11)