Flamantes trenes de tecnología china unen ya grandes capitales con centros portuarios o industriales del continente.
¿Qué se ha realizado y qué hay en proyecto?
Hasta el momento se han realizado en África las líneas Adís Abeba-Yibuti: 759 kilómetros y un coste aproximado de 4.300 millones de euros. Y Nairobi-Mombasa: 488 kilómetros y 3.300 millones. Las dos siguen el esquema capital-centro portuario. El ambicioso plan ferroviario de África oriental tiene un trazado que, en teoría, habría de unir Tanzania, Kenia, Uganda, Ruanda y Burundi. Y, más al norte, Sudán del Sur y Etiopía. En Nigeria, la línea Lagos-Ibadan, conectando en este caso la capital con un núcleo industrial, se inauguró hace unos meses.
¿Desde cuando datan estos planes?
Detallado en 2009, el plan aguardó al caudal multimillonario que empezara a convertirlo en realidad. Entonces, con el cambio de década, apareció China y su Belt and Road Initiative (Iniciativa de la Franja y la Ruta), una apuesta global por las infraestructuras sin parangón en la historia. Tras años de crecimiento sideral, el gigante asiático tenía dinero para prestar, excedentes de materiales (acero, cemento, aluminio…) y personal cualificado. En África imperaba un consenso sobre la necesidad de infraestructuras.
¿Qué fuerzas impulsaron una tal expansión?
Un furor expansivo por parte de China y un deseo de transporte moderno se dieron la mano. Se han construido ferrocarriles, pero también puertos, autopistas, aeropuertos. El entusiasmo de hace 10 años se va desvaneciendo, según todas las fuentes, que coinciden sobre el particular.
¿Son estos ferrocarriles rentables?
Todas las líneas “siguen con pérdidas”, pero los expertos matizan que el ferrocarril “nunca es rentable a corto plazo”, ya que “se trata de crear las condiciones para que exista un mercado”. Pero por otra parte el compromiso de China con África le da prestigio internacional y le procura fieles aliados. Ya se detecta “un patrón de voto africano en la ONU alineado con los intereses de China”.
¿Podría tener China intenciones secretas?
Según algunas voces, sobre todo de EE. UU., el país asiático habría prestado como trampa para comprometer la soberanía de los países deudores. Sin embargo, según los investigadores que han intentado verificar esta esta acusación “No hay ninguna evidencia”.