Los conflictos en África desde el final de la guerra fría han costado al continente 306.000 millones de dólares, una cantidad equivalente a toda la ayuda externa que ha recibido el continente durante el mismo periodo, según un informe publicado por Oxfam. El estudio, los millones perdidos de África, afirma que casi la mitad de los países del continente se han visto involucrados en alguna forma de conflicto, desde 1990, a costa de una pérdida importante de vidas y de desarrollo.
El informe compara los países africanos afligidos por conflictos con los que están en paz y afirma que los que están en guerra, de media, tienen un 50 % más de mortandad infantil, un 15% más de personas desnutridas y la esperanza de vida se reduce en cinco años. Las muertes indirectas en estos países son 14 veces mas que las de las muertes en combate.
El informe ha sido publicado con ocasión de la próxima Conferencia de las Naciones Unidas, sobre la propuesta de un tratado de comercio de armas , como parte de una campaña llevada a cabo por Oxfam y otras ONGs para prohibir la venta y el traspaso de armas en los lugares donde pueden usarse para cometer graves violaciones de los derechos humanos. Alrededor del 95 % de los rifles kalasnikov en África, el arma más común allí, viene de fuera del continente.
La investigación realizada por Oxfam, Saferworld y la Red de Acción Internacional contra las Armas, una red internacional de ONG’s, con sede en Londres que luchan contra la proliferación de armas, estima que los conflictos reducen las economías en un 15 %, de media.
La República Democrática del Congo, por ejemplo, ha sufrido más de una década de invasión extranjera y guerra civil que, además de causar la muerte a alrededor de 4 millones de personas, ha costado 18.000 millones de dólares, o el 29 % de su producto interior bruto, según este informe. Eritrea, Burundi y Ruanda son otros de los países peor afectados por los conflictos.
“Esto es un enorme derroche de recursos, aproximadamente equivalentes al total de la ayuda internacional a África, de los principales países donantes durante el mismo periodo”, dice textualmente el informe. “Es también aproximadamente el equivalente a los fondos adicionales que se consideran necesarios para abordar los problemas del SIDA en África, o para ocuparse de las necesidades de África en educación, agua potable y sanidad, además de ayudar a prevenir la propagación de la tuberculosis y la malaria”.
El informe dice que además del impacto del aumento del gasto militar, y la destrucción de la infraestructura, la guerra crea inflación, deuda y altos niveles de desempleo. “Los costes indirectos de las oportunidades perdidas son incluso mayores. La actividad económica se resiente o se paraliza por completo. Los ingresos por los recursos naturales terminan llenando los bolsillos de individuales, en lugar de beneficiar al país. El país sufre de inflación, deuda y reducción de la inversión, mientras que la gente sufre desempleo, falta de servicios públicos y trauma. Muere más gente, especialmente las mujeres y los niños, por las consecuencias de los conflictos que por los conflictos en sí mismos”, asegura el informe.
“Para los conflictos, la mayor parte del coste humano resultado no es de los muertos y heridos en el combate sino indirectamente por la pérdida de la salud y de los medios de vida causados por la interrupción de la economía y la sociedad. Recorriendo nueve conflictos africanos, las muertes indirectas son 14 veces más numerosas que las muertes ocurridas en combate”. El informe dice que el impacto médico de los heridos en combate, es diminuto frente a otras consecuencias, como los índices más altos de enfermedades e infecciones causadas por los grandes movimientos de personas, peor nutrición, dificultades para encontrar agua potable y mayores índices de enfermedades de transmisión sexual.
“Los estudios muestran que aunque las mujeres a menudo no son objetivos en los combates tan directamente como los hombres, a largo plazo, la experiencia de las mujeres es tan o más mortal que la de los hombres. Las mujeres sufre de manera grave y exclusiva por la falta de servicios sanitarios de maternidad, y también se enfrentan a un alto grado de violaciones y a infección del SIDA. Durante el conflicto de Sierra Leona, más de la mitad de las mujeres experimentaron algún tipo de violencia sexual”.
El conflicto étnico en particular merma los lazos familiares y comunitarios, afianzando los odios y las desconfianzas. El impacto sobre los niños puede ser particularmente duro, forzando a muchos a abandonar la escuela y a algunos a enrolarse en la lucha.
El informe asegura que sus cifras son casi con toda seguridad una subestimación del verdadero coste de los conflictos porque no han tenido en cuenta el impacto económico en los países vecinos, que con frecuencia se ven afectados por inseguridad política y por un influjo de refugiados.
Un hecho que se desprende de los conflictos es el enorme numero de armas pequeñas que inundan el continente, lo que ha contribuido a aumentar los crímenes con violencia. Los robos armados, asesinatos, robo de ganado y la violencia de bandas han aumentado en varias regiones.
El estudio revela que combatir la pobreza sería una gran contribución para terminar con los conflictos, pero que otras medidas, como luchar contra el comercio de armas pequeñas, particularmente el suministro de munición, también tendría un impacto importante contra los conflictos.
“El crecimiento económico y las vidas y el sustento de la gente en África están siendo reprimidos por la violencia armada. “Al no poder controlar en comercio de armas la Comunidad Internacional está defraudando a África”, concluye la publicación.
(Mail & Guardian, Suráfrica. 11-10-07)