El despertar alemán en África

14/07/2014 | Crónicas y reportajes

Tras mucho tiempo de tibia implicación en el continente africano, Alemania, desde hace unos diez años, debido a su interés creciente por África, ha experimentado un cambio de rumbo, orientado a intensificar allí sus relaciones. Al principio para asegurarse su aprovisionamiento de energía y materias primas, en efecto, pero no exclusivamente. Con 300 millones de potenciales consumidores, la potente industria alemana ha visto en África, tanto un socio de futuro como un mercado lucrativo.

Si la presencia francesa, estadounidense o china en África se ha consolidado, la implicación alemana, parece más difícil de delimitar. Sin embargo, tras algunos años, el continente negro marcha junto a Alemania. La causa es la existencia de un crecimiento medio de 6% anual, un dato que ya no escapa a los gigantes industriales de la primera economía europea, que ejerció con éxito, una presión en su política nacional para llevar a cabo un acompañamiento orientado e interesado en África.

Esta situación viene de lejos…

No siempre se da el caso de que las iniciativas apunten a favorecer un mejor conocimiento del continente y una multiplicación del comercio. Durante mucho tiempo, el gigante europeo no jugó más que un papel secundario en África. Los desplazamientos diplomáticos de la canciller alemana, Ángela Merkel, confirman este estatuto de abandono. Desde 2007 ha realizado unos sesenta viajes a Asía. En el caso del continente africano, los viajes se reducen a diez, de los cuales, cuatro en 2007: a Egipto, Etiopía, Sudáfrica y Liberia; uno sólo en 2008, realizado a Argelia, otro en 2009 a Egipto, un paso obligado por Sudáfrica en 2010 con ocasión de la Copa del Mundo de Fútbol; y después tres en 2011 en el espacio de 72 horas con escalas en Kenia, Angola y Nigeria. Y después, la nada.

Todo esto se explica por la debilidad relativa de peso africano en la economía alemana. África sólo representa el 2% de las exportaciones alemanas a escala planetaria (21.800.000.000 de euros frente a los 1.100.000.000 destinados a África en 2012). En el continente, su primer socio es Sudáfrica que es de hecho ¡el 28º cliente en importancia de Alemania!

Para Stefan Liebing, presidente de la Asociación de empresarios germano-africanos, muchos de los inversores consideraban hasta muy recientemente la aventura africana como demasiado arriesgada. “En todas partes en África, se aprecia la calidad y la tecnología alemana”, explicaba en una entrevista M. Liebing, al final de la 22ª edición del Challenge Camerunés (1) de Dortmund que se acabó el pasado 8 de junio. “Pero es cierto, que a menudo, los productos alemanes son más caros, lo que implica, si uno no tiene mucho dinero disponible, que prefiera comprar, entonces, a precios más bajos, y así y todo, sabiendo que la duración de la vida del producto será menor”.

Así que, parece necesario hacer un esfuerzo de adaptación, diversificar la oferta y hacer propuestas más accesibles. Así pues, las cosas empiezan a rodar.

Voluntad política

El que Alemania, lentamente, tome conciencia del potencial africano, pasa en primer lugar, y ante todo, por la cúspide de jerarquía política. A finales de marzo, la canciller Ángela Merkel, alentó incluso a los habitantes del continente negro a aprender alemán y fuera a estudiar al país. “Invito a todo el mundo en África a aprender alemán y a participar en la aventura que representan los estudios en Alemania”, declaró en su podscast semanal.

Un llamamiento muy franco que de igual manera, invitaba a los empresarios a repensar África en beneficio de un compromiso económico más fuerte y una cooperación más provechosa para las dos partes. Para ello deben liberarse de una visión exclusivamente volcada en la ayuda a algunos países africanos.

“Muchos países africanos gozan de éxito”, señalaba la canciller alemana, al poner énfasis en las oportunidades de negocio que éstos ofrecen. “Queremos cooperar más. Esto significa despertar el interés de la economía alemana para que invierta más. Algunos países africanos tienen materias primas. Queremos que ellos también se aprovechen. Alemania, aquí puede ser un intermediario imparcial”.

Este compromiso se traduce también en la política oficial de Berlín. En 2011, el Gobierno federal publicaba un documento titulado “La estrategia para África del Gobierno federal”, una publicación de unas sesenta páginas que fijaban el marco ideológico y comercial en el que Alemania y África podrían colaborar eficazmente. En él se destacaban como elementos fundamentales, la democracia, los Derechos Humanos, el Estado de Derecho, el buen gobierno o la igualdad entre hombres y mujeres, y además, se ponían de relieve, sectores claves como el comercio, la energía, la educación, la cultura, la salud, la promoción de la paz y la estabilidad.

Andréas Mehler, dirigente del Instituto de estudios africanos de Hamburgo, ve en este documento un nuevo acercamiento alemán a África. “La originalidad de este nuevo enfoque reside en la ruptura categórica con la vieja lectura paternalista que se hacía de África. Ésta aproximación a África quiere promover una asociación política y económica duradera, fundada en la igualdad de condiciones”.

Este enfoque ha sido secundado por el ministro federal de Asuntos Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, que señaló: “Deseamos abrir un nuevo capítulo en las relaciones con el continente vecino. El objetivo es tomar en cuenta la importancia creciente de África y explotar las potencialidades de cooperación en un espíritu de asociación”. Siguiendo esta voluntad política renovada, las iniciativas comerciales tanto en Alemania como en África se multiplican.

Jean-Nicolas Saucier

Afrique Expansion

1.- Se trata de una asociación sin ánimo de lucro en la que participan alrededor de 20 asociaciones camerunesas de toda Alemania. Su principal objetivo es contribuir a estrechar las relaciones culturales con Alemania, la promoción de la cooperación económica, social y científica y la integración de los cameruneses que llegan a Alemania. Esta asociación organiza anualmente el “Challenge”, un torneo de fútbol en Alemania entre cameruneses. Su origen se encuentra en el campeonato Mundial de Fútbol de Italia´90, cuando el jugador camerunés Roger Milla, conquistó el corazón de los amantes del fútbol con sus goles, logrando llegar a cuartos de final. Una época en la que muchos estudiantes cameruneses iban a Alemania a estudiar y organizaron en 1992 este torneo de fútbol en la ciudad de Bielefed (Renania del Norte-Westfalia).

[Traducción, Antonio Vázquez]

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