El confinamiento en África por la Covid-19 ¿problema o solución?

22/06/2020 | Editorial

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En los países en vías de desarrollo, como los africanos, la mayoría de la gente vive de la economía informal. El confinamiento obliga a millones de familias a elegir entre salud o alimento. Más de la mitad del presupuesto familiar se dedica a la alimentación, que con frecuencia es importada y cara.

La malnutrición supone un grave problema para hacer frente a la enfermedad. Recordemos que en África unos 256 millones de personas sufren hambre. Además, en África deben hacer frente también a otra pandemia: el VIH Sida.

Conviene recordar también que el programa de vacunas contra otras enfermedades letales, como la polio y el sarampión, ha sido abandonado, y esto pondría a millones de personas en riesgo grave, sobre todo a los niños-as.

A esta situación, se añade la sobrepoblación de las grandes ciudades africanas, donde mantener la distancia social recomendada es imposible. Por otra parte, las remesas que les llegaban de sus familiares con trabajo, han disminuido.

El desarrollo de los pueblos africanos cuenta con abundantes recursos, siendo los más relevantes:

  • la juventud y educación de la población,
  • la solidaridad de los pueblos africanos,
  • la gran experiencia en combatir diversas pandemias, su resiliencia y talento,
  • la inmensa riqueza de abundantes recursos naturales y minerales.

Al mismo tiempo, África también necesita la colaboración internacional a todos los niveles: económico, sanitario, educativo, social, etc., pero una cooperación que respete los valores y la responsabilidad de los pueblos africanos que han de ser los principales protagonistas de su propio desarrollo. El nuevo comercio panafricano ha de ser parte de la solución.

El saqueo de los recursos africanos, por parte de tantos gobiernos y multinacionales, sobre todo extranjeras, es quizás la razón más fundamental para la destrucción de la economía, de la salud, de la convivencia y de la naturaleza en toda África.

Esa colaboración justa y responsable, debe examinar otros temas relacionados, como: la deuda externa, la gobernanza responsable, la transparencia y la ética.

África no necesita ayuda de limosnas, sino una cooperación justa para desarrollar juntos el inmenso potencial del propio país, para beneficio de todos, y en primer lugar de los propios pueblos africanos.

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