La familia del difunto activista por los derechos humanos Chidi Nwosu, asesinado en la noche del 29 de diciembre de 2010, en su casa de Ameke Abam, en el estado de Abia, en Nigeria, ha pedido al inspector general de la policía, Hafiz Ringim y al comisario de policía del estado de Abia, que investiguen a fondo el asesinato, para asegurarse de que los asesinos del activista son detenidos.
El asesinato de Nwosu provocó manifestaciones en la comunidad, por la reacción de enfado de la juventud, incluso señalaron con dedos acusadores a varios líderes de la zona.
Ya han sido arrestados seis sospechosos que ahora están bajo custodia policial, pero la familia de Nwosu todavía no está satisfecha, ya que según ellos, los dos principales sospechosos, a los que ellos señalan por el asesinato del 29 de diciembre, todavía no han sido arrestados.
Los dos principales sospechosos, según la familia, son el anterior director general de Abia Rubber Company, donde Chidi Nwosu trabajaba antes de ser asesinado, y la gerente administrativa de la misma empresa, una mujer identificada sólo como Nkiru. Según la familia, ninguno de los dos ha sido ni siquiera interrogado por la policía, ni mucho menos detenido.
Ifeanyi Nwosu, el hermano menos de Chidi, que tiene fuertes sospechas de los dos directivos, lamenta que todavía se muevan libres por la calle, casi un mes después de la muerte de su hermano.
Según él, los seis sospechosos entregados a la policía fueron cogidos por los jóvenes del pueblo, dentro y en los alrededores de la población, cuando huían después del incidente.
Sin embargo, el comisario de policía a cargo del departamento de Investigación Criminal del estado de Abia, ha declarado que la familia del activista no han informado en ningún momento de su disposición a colaborar con la investigación de la policía.
El comisario Joseph Micloth explicó que la policía está trabajando con la información de que dispone y no irá por ahí “arrestando a gente indiscriminadamente” sin ninguna prueba que los relacione con el incidente, e instó a la familia a acercarse a la policía y poner a su disposición cualquier información.
Por Anayo Okoli
(Vanguard, Nigeria, 27-01-11)