Informe de la misión a Abuja (Nigeria)
11/01/2011 por el Arzobispo de Niamey Mgr. Cacarteguy
Son las 8 de la mañana, viernes 30 de diciembre 2011, cuando el avión presidencial dspega del aeropuerto internacional de Niamey con destinación a Abuja, la capital política de Nigeria. A bordo, se encuentran el Ministro de Estado, el ministro de Asuntos Exteriores, un diputado de la Sasamblea Nacional, un consejero del Presidente de la República, el Presidente de la Asociación Islámica de Niger y yo mismo, Arzobispo de Niamey. Partimos en misión oficial en nombre del Presidente de la República para llevar un mensaje de compasión al pueblo de Nigeria, herido por los acontecimientos dolorosos de la noche de Navidad donde 50 cristianos fueron masacrados por la secta islamista Boko Haram.
El trayecto entre Niamey y Abuja no dura más que una hora y treinta minutos. Tiempo que aproveché para intercambiar con el Jeque Ismael, presidente de la Asociación Islámica del Niger sobre las relaciones fraternas que mantenemos entre nosotros en Niger entre cristianos y musulmanes pero preocupados que estamos por las corrientes extremistas que también están ganando terreno en Niger.
Le he hecho saber que este año con ocasión de la Navidad, fueron enviados mensajes a través de los teléfonos portables prohibiendo a los musulmanes de participar en las fiestas de Navidad. Como ejemplo, l ehe leido un texto que decía: “En el cuadro de la lucha contra la perversidad ene l Islam, recordamos a los musulmanes que las fiestas del 24 y 25 más el 31 de diciembre están formalmente prohibidas». No somos unos ignorantes. El Profeta ha dicho: “Cualquiera que imita a un pueblo hace parte de ese pueblo». Por lo tanto, no imiteis a los cristianos. Por favor, difundid esta información”.
No parecía extrañado de leer este mensaje. Él mismo recibe regularmente mensajes que le significan que no está en el camino derecho de Islam. “Todo esto nos llega del exterior… y tenemos que estar despiertos y combatir juntos contra los que nos quieren dividir… tenemos que hacer la paz y la unidad entre nosotros, sino, los que dividen que son numerosos que vienen del exterior y que nos vigilan podrían aprovechar de nuestra debilidad para enfrentarnos los unos contra los otros. Monseñor, los dos, estamos en la misma situación y no podemos descorazonarnos…”, mientras pasa los granos de su rosario que ciertas corrientes islamistas le prohiben utilizarlo.
Mientras intercambiamos nuestra conversación, el Sr. Ministro que está sentado enfrente de nosotros lee sus apuntes sobre la secta Boko Haram que su jefe de gabinete acaba de pasarle.
Boko Haram es un movimiento islamista armado en el noreste de Nigeria. Este movimiento promueve un islam radical y rigorista. Su ideología está inspirada por los Talibanes de Afghanistán y tiene probablemente vínculos con El Qaida en el Magreb islámico. Sus adeptos rechazan la modernidad y tratan de instaurar la chari’a en los estados del norte de Nigeria. Boko Haram viene de la palabra inglesa “book” que quiere decir “libro” y “haram” que en árabe significa “prohibido o pecado” (símbolo de la educación occidental) un único libro vale: el Coran.
Somos acogidos en el aeropuerto de Abuja por el Embajador de Niger en Nigeria y por varias personalidades de la ciudad. Después de tomar un café caliente en el salón de honor, nos hemos puesto en camino a toda velocidad en coches oficiales negros al centro de la ciudad. La seguridad del comboy era impresionante. Los militares con casco , con el chaleco antibalas puesto apuntaban con sus metralletas. Estaban delante, en medio, y detrás. Los veía por todas partes.
Después de una hora de camino, llegamos al hotel donde el Ministro de Asuntos Exteriores de Nigeria nos acoge muy amablemente.
Nuestro inglés es flojo como su francés, pero todos hablamos el hawsa. No podemos olvidar que ciertos pueblos de Nigeria y de Niger son hermanos y que poseen la misma cultura y la misma lengua.
Después de los saludos habituales a la sombra de las banderas de Niger y Nigeria, volvemos a subir a los coches para ir a ver al Presidente de la República, bastante lejano del centro de la ciudad. Pasamos varios controles militares. Más nos acercamos del palacio presidencial, más son numerosos los militares armados. Todo es desierto. Estos lugares huelen a peligro permanente, todo el mundo tiene miedo!
La sala de audiencias es austera pero bien organizada donde cada uno encuentra su plaza detrás de su nombre, su título o su grado. Una nuez de cola para cada uno al lado del micrófono significa que somos los bienvenidos. El Presidente de la República Goodluck Jonathan con su eterno sombrero negro que no lo quita sino para rezar. Después de los saludos y las presentaciones hechas por el Ministro de Asuntos Exteriores de Nigeria, el Sr. Mohammed Bazun, nuestro Ministro ha presentado muy brevemente la finalidad de nuestra misión y ha pedido a los dos religiosos de la delegación de hacer una oración. El Iman pronuncia la Fatiha en árabe y yo, en francés, una oración circunstanciada sobre la paz y el perdón inspirada en el Padre nuestro.
Después de haber entregado la carta oficial del Presidente de la República del Niger cuyo contenido lo adivinábamos, el Presidente de la República de Nigeria nos ha agradecido de manera muy calurosa por esta visita que le conmueve. Y subraya la originalidad de esta misión compuesta por un Iman y un Arzobispo de pasar por Nigeria. El Presidente ha subrayado su determinación para combatir la secta Boko Haram que no tiene nada que ver con la religión y ha pedido que los demás paises fronterizaos se pongan juntos con Nigeria para llevar adelante una guerra sin cuartel contra esos asesinos.
Nos ha declarado que los miembros de la secta están ya en Niger, en el Chad y en Camerún. Al día siguiente cerrará las fronteras con estos paises para perseguir mejor a la secta que la califica de “cáncer”.
La entrevista ha durado 10minutos. Suficientes para darse cuenta que las autoridades políticas de Nigeria estaban emocionadas de vernos cercanos a ellos para traducir la compasión del pueblo nigeriano. Más tarde, supimos que el Niger fue el único país que se desplazó para manifestar su solidaridad.
Volvimos al Hotel Hilton para la comida del mediodía. Comimos en un ambiente agradable en el self-service del Hotel. El foie, el salmón y el caviar me recordaron que todavía estábamos en la octava de Navidad.
Es la hora de la oración solemne del Viernes. Toda la delegación siendo musulmana, el Embajador de Nigeria quiso con mucha atención poner a mi disposición un coche para que me llevara a la Embajada para poder descansar pero preferí acompañar a la delegación a la mezquita, donde tuve que quedarme en el coche con la orden estricta de no abrir ni puertas ni ventanas por medida de seguridad.
Los militares que me custodiaban estaban allí presentes pero esta vez de forma más discreta.
Desde el patio de la mezquita, veía la cruz de la catedral y me puse a rezar en comunión con todos aquellos que rezaban también a esta hora a algunos metros de mi. Rezaba para que no hubiera ninguna venganza pero que el perdón lo primero, incluso si parece una cosa imposible después de semejantes matanzas. Me acordé de las palabra de los Obispos de África ene l último sínodo; “No penseis que el perdón no sirve para nada y que es mejor la venganza: el verdadero perdón, conduce a la paz que penetra hasta la raíz del conflicto y que transforma las victimas y los enemigos hasta ahora en hermanos y hermanas”.
Recé también por estos fanáticos que continúan perpetrando actos ignobles, ciegos por interes egoistas y que no tienen e el corazón más que odio. He rezado para que su corazón se trasforme radicalmente al menos si escuchan en verdad y en fidelidad la voz de Dios del que se reclaman.
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