El primer ministro de Zimbabue, Morgan Tsvangirai, ha declarado que el caso contra uno de sus mayores aliados, Roy Bennett, es una amenaza para el gobierno de coalición del país.
Bennett fue enviado a la cárcel para esperar allí el juicio por cargos relacionados con acusaciones, ampliamente desacreditadas, de complot para derrocar violentamente a Robert Mugabe, el presidente.
El primer ministro ha dicho que el caso contra Roy Bennett amenaza la coalición formada por él mismo y Robert Mugabe a principios de este año.
Tsvangirai había nombrado a Bennett viceministro de Agricultura en la coalición, pero Bennett fue arrestado el mismo día en que el gabinete de ministro juraba su cargo, acusado de posesión ilegal de armas. Él negó todos las acusaciones.
Nueva acusación
Bennett había sido puesto en libertad en marzo. En una maniobra con el aparente propósito de enviarlo de nuevo a la cárcel, los fiscales presentaron una nueva acusación el día 14 de octubre, y Bennett volvió a ser encarcelado.
La juez Lucy Mungwari aseguró que las acusaciones deben ser resueltas en el tribunal y que Bennett debería volver a la cárcel. Fue llevado inmediatamente a las celdas y tendrá que volver a solicitar fianza el lunes, día 19 de octubre.
Está previsto que el juicio de Bennett comience el martes, día 20, pero él ha solicitado que comience el miércoles.
Obert Gutu, un senador del partido de Tsvangirai y abogado, declaró que la vuelta de Bennett a la cárcel creará una tensión innecesaria “en una coalición ya problemática”.
“Este nuevo arresto, ahora que intentamos trabajar juntos en el gobierno inclusivo, es una clara muestra de que el arresto de Bennett está motivado políticamente y es persecución política”, señaló Gutu. “Sabemos que hay algunos partidarios de la línea dura en el Zanu PF, el partido de Mugabe, a los que nunca gustó Bennett”.
Violación de los derechos constitucionales
Hace tan sólo unas semanas, los que luchan por las reformas democráticas en Zimbabue se animaron cuando el tribunal supremo liberó a nueve activistas y retiró los cargos contra ellos porque habían sido torturados y golpeados en la cárcel.
El tribunal alegó que sus derechos constitucionales habían sido violados hasta tal punto que el proceso no podía seguir adelante. Las acusaciones de que los activistas han estado organizando un complot para derrocar a Mugabe han sido denunciadas por muchos sectores como inventados por motivos políticos.
El grupo de acusados incluye miembros del partido Movimiento para el Cambio Democrático, MDC, de Morgan Tsvangirai.
Los vecinos de Zimbabue han pedido a Mugabe, que ha estado en el poder desde la independencia, el 1980, que forme una asociación con el antiguo líder laboral, después de que las elecciones del año pasado se vieran estropeadas por la violencia. Al formar la coalición en febrero, los viejos oponentes prometieron trabajar juntos para dar la vuelta al colapso económico y político del país.
Desde que se formó la coalición, Mugabe demanda a Tsvangirai que trabaje más para lograr que se levanten las sanciones internacionales contra Zimbabue y por restaurar la inversión de la ayuda exterior. Tsvangirai por su parte condena las continuas violaciones de los derechos humanos.
Ambas partes aseguran que considera que la coalición es la manera de avanzar. Esta es la única esperanza de Mugabe para sacar a Zimbabue del aislamiento internacional y ha hecho llegar a Tsvangirai más cerca del poder de lo que nunca habían logrado ningunas elecciones.
(News24, 15-10-09)
