Hacia las tres de la tarde, con más de 9 millones de votos escrutados, el Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés), en el poder desde las primeras elecciones libres en 1994, sacaba cerca de 4 millones de votos de diferencia con el siguiente partido más votado, Alianza Democrática (DA, por sus siglas en inglés). En ese momento se llevaba escrutados casi seis millones de votos, lo que suponía más del 63% del total.
El ANC confirma así su condición de favorito y se sitúa en camino de conseguir su objetivo de logar los dos tercios de los votos, quedando cerca de 65,9% obtenido en las elecciones del 2009. Contabilizando poco más de dos millones de votos, DA confirma su papel de oposición oficial y podría aumentar el 16,66% conseguido en las anteriores elecciones, pero no consigue agrandar la sangría de votos que viene sufriendo el ANC desde 1994. Sus votos vendrían pues de terceros partidos
Uno de los alicientes de estas elecciones era comprobar que papel asignaba el electorado sudafricano al nuevo partido de los Combatientes por la Libertad Económica (FFF, por sus siglas en inglés), dirigido por Julius Malema, ex presidente de la Liga Juvenil del ANC. Con casi el 5% de los votos escrutados el FFF se sitúa en el tercer puesto del panorama político sudafricano y la figura de su líder logra continuar en primer plano.
A continuación irían el El Partido de la Libertad Inkatha con el 2,43%, el primerizo a nivel nacional Partido de la Libertad Nacional, que no llegaría al 2%, Bantu Holomisa’s United Democratic Movement, con poco más del 1% y los partidos Freedom Front Plus, Congreso del Pueblo y el Partido Demócrata Cristiano Africano, que no llegarían a obtener un 1% pero que obtendrían representación parlamentaria.
Fundación Sur