Las importaciones de aguacate se han disparado en todo el mundo, principalmente en la Unión Europea y los Estados Unidos, pero China y Japón ahora también importan miles de toneladas de la fruta verde. A pesar de que las importaciones estadounidenses de aguacates se desaceleraron ligeramente, el gusto por el aguacate se ha globalizado. Es posible que los aguacates se hayan originado en América del Sur, pero es África la que se está aprovechando del amor mundial por los aguacates.
En 2017, Kenia superó a Sudáfrica como el mayor exportador de aguacate de África. Antes del salto, Sudáfrica ocupaba el cuarto lugar después de que Perú, Chile y California fueran los exportadores mundiales de los populares aguacates Hass. Los productores de café de Kenia se han dado cuenta y han cambiado el café por los aguacates, ganando 10 veces más que con el grano, ya que los aguacates ahora representan el 17% de las exportaciones hortícolas de Kenia, según el Centro de Comercio Internacional.
Tanzania, también afectada por la caída del precio de los granos de café, comenzó a invertir en el cultivo de aguacate. De hecho, esta misma semana uno de los productores de aguacate más grandes del país, Africado, anunció que había asegurado 2.5 millones de euros para ampliar su negocio. La empresa Africado se encuentra en la región de Kilimanjaro y cuenta con 2.000 agricultores locales junto con sus propios huertos para dirigirse al mercado europeo. Fundada en 2007 tuvo una buena visión del nuevo oro verde. Más tarde se asoció con Wastfalia, un productor de aguacate que se encuentra en la provincia sudafricana de Limpopo. Ambos productores africanos gracias a un préstamo proveniente de Finlandia, planean diversificar a otras variedades de aguacate y nueces.
En 2012, Africado recibió una subvención para construir una planta de procesamiento, cadena de frío y empaque que le permitiría enviar aguacates directamente al puerto de Mombasa. Antes de que se establecieran sus propias instalaciones, los productores de aguacate de Tanzania solían enviar sus productos a Nairobi para su envasado y exportación, pero el viaje dejaba gran parte de la fruta magullada o dañada, lo que provocó grandes pérdidas. El éxito inicial de los cultivos de aguacate de Tanzania también ha convencido a algunos productores de bananos a probar los aguacates.
Este tipo de inversión se incluye en la ayuda para el comercio, utilizada por las industrias nacientes en los países en desarrollo. Estos esquemas no siempre han sido sostenibles, pero Kenia, Sudáfrica y Tanzania están aprovechando una tendencia culinaria mundial para desarrollar sus mercados agrícolas y la infraestructura necesaria para crecer. Si, por algún desastre impredecible, los aguacates cayeran en desgracia, los agricultores africanos estarían listos para aprovechar la próxima cosecha de moda.
Fuente: qz.com
[Edición y traducción, Judit Serra Ballester]
[Fundación Sur]
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