El grupo M23 apoyado por Ruanda ha entrado en la ciudad de Uvira, en la República Democrática del Congo (RDC), a poco más de cien kilómetros al sur Bukavu, la capital regional, y cerca de la frontera con Burundi, después de unos meses de escalada de conflicto. Tras el acuerdo entre ambos países firmado el 4 de diciembre, se esperaba el cese del conflicto pero no ha durado ni una semana.
Uvira ha servido como sede del gobierno y como base militar regional desde que Bukavu cayó en febrero frente al M23. La pérdida de Uvira supone un camino abierto para los rebeldes, que podrán seguir progresando hacia el sur. El último avance del M23 a través de la región rica en minerales se produce menos de una semana después de que el presidente congoleño, Félix Tshisekedi, y su homólogo ruandés, Paul Kagame, se reunieran con el presidente Donald Trump en Washington y reafirmaran su compromiso con un acuerdo de paz negociado.
Desde ese 4 de diciembre tanto el Congo como Ruanda se han acusado mutuamente de violar dicho acuerdo de paz. El ministro de Asuntos Exteriores de la RDC ha instado a Washington a “ampliar las sanciones específicas contra Ruanda para restaurar la credibilidad” de su labor como mediador. Ruanda, por su parte, niega apoyar al M23, y ha culpado a las fuerzas congoleñas y a Burundi de la reanudación de los combates. El conflicto en Uvira demuestra que la firma del acuerdo de paz “no es suficiente para garantizar la seguridad de los civiles en el este del Congo”, declaró Lewis Mudge, director de África Central de Human Rights Watch.
Naciones Unidas afirma que unas “200000 personas han huido de sus hogares en los últimos días”, un periodo en el que decenas de civiles han muerto a causa de los tiroteos constantes que hay en la región. El M23 pidió a los residentes que se quedaran en casa, mientras que sus fuerzas dispersaron cualquier resistencia. Lawrence Kanyuka, jefe del Departamento de Comunicación, Medios de Comunicación, Correos y Telecomunicaciones y portavoz de la Alianza del Río Congo (AFC/M23), informó que “la ciudad de Uvira ya está liberada”.
En el este del Congo crece el temor a una escalada regional tras los nuevos avances del M23, que ha retomado ofensivas pese a las conversaciones de paz en Doha. Estados Unidos y otros miembros del Grupo de Contacto Internacional expresaron su “profunda preocupación” por la violencia. Ruanda afirma que su presencia militar en el este del Congo responde a “medidas defensivas”, pese a que EE. UU. y la ONU sostienen que hay pruebas claras de su apoyo al M23. El ministro de Exteriores ruandés, Olivier Nduhungirehe, declaró a Reuters que la aplicación de más sanciones “no pondrían fin a los combates” y responsabilizó a Kinshasa de no aplicar los acuerdos de paz ni respetar una moratoria de ataques aéreos.
Fuentes: Reuters – Africa News
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