El acaparamiento de los mares, un peligro para África

22/01/2013 | Crónicas y reportajes

El relator especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, Olivier De Schutter, ha advertido el 30 de octubre de 2012, sobre la amenaza que el acaparamiento de los mares significa para la soberanía alimentaria. Ha recomendado vivamente a los gobiernos del mundo entero y a los organismos internacionales que pongan coto al agotamiento de los stocks de pescado y que adopten medidas urgentes a fin de proteger, apoyar y compartir los beneficios que se extraen de la pesca y de los entornos marinos.

El acaparamiento de los mares es una amenaza tan grave como el acaparamiento de las tierras, estima el relator especial de la ONU para el derecho a la alimentación, De Schutter, que interpela a las autoridades de todos los países a revisar de manera urgente los Acuerdos de licencia y de acceso (ALA) que reglan sus actividades. “Sin una acción rápida para salvar las aguas de prácticas insostenibles, la pesca no podrá ya ejercer su función capital en la garantía del derecho a la alimentación de millones de personas”, ha anunciado el relator antes de poner de relieve que “los sistemas agrícolas al estar siendo sometidos a una presión creciente, buen número de personas se orientan ahora hacia los ríos, los lagos y los océanos para procurarse una parte cada vez mayor de nuestras proteínas alimentarias”.

Estas prácticas de acaparamiento de los mares bajo la forma de acuerdos de acceso desequilibrados que están tomando gran amplitud, perjudican a los pescadores artesanales. Se convierten en una amenaza tan serie como el acaparamiento de tierras; favorecen la disminución de la oferta de pescado en los países pobres, y en primer lugar en África; derivan recursos naturales en detrimento de las poblaciones locales.

“Aunque el consumo de pescado en África es débil (9 kg frente a unos 30 en los países industrializados) en África del oeste y en África central, constituye la mitad de los aportes en proteínas. La mala noticia está en que ha bajado la oferta de productos del mar por habitante” subraya el relator especial de la ONU, en la emisión de RFI “Crónica de las materias primas” de Claire Fagès. “Los recursos locales de pescado escapan cada vez más a la pesca tradicional; son acaparados por flotas industriales lejanas cuya capacidad es dos veces superior al límite de una explotación viable de los océanos. Esos gigantescos barcos, que emplean en el mundo 500.000 personas capturan actualmente tanto pescado como el capturado por 12 millones de pescadores artesanales del planeta, esto es 30 millones de toneladas y con un consumo de gasoil cuatro vez más importante”, precisa De Schutter.

Según el relator, “los países exportadores, en nombre del deber alimentario y del empleo, deberían garantizar la perennidad de la pesca tradicional, incluso si venden licencias de pesca al extranjero. Deben velar por que las repercusiones financieras de esos acuerdos sean suficientes y beneficien a las poblaciones. Guinea Bissau, por ejemplo, recibe el 2% del valor final de las capturas. Mozambique vende al extranjero sus gambas y camarones para importar pescado menos caro de Namibia o Suráfrica para su población, pero los términos del intercambio se han degradado”.

De Schutter hace un llamamiento a que los ALA incluyan mecanismos de control más estrictos para detener capturas ilegales y que tengan en cuenta el protagonismo de la pesca y de los pescadores artesanales en la satisfacción de las necesidades alimentarias locales; que refuercen los derechos de los trabajadores en los navíos de pesca y que los acuerdos sean firmados tras evaluar el impacto sobre los derechos del hombre.

El principal desafío está en garantizar la coexistencia entre la pesca industrial y los derechos de los pescadores artesanales y de las comunidades costeras para las que la pesca, aunque se ocasional, se convierte en tiempos de crisis en una red de seguridad. De Schutter plantea las recomendaciones siguientes:

1. Crear zonas de pesca exclusivamente artesanales para los pequeños pescadores e instaurar medidas represivas contra la incursión de flotas industriales.

2. Apoyar las cooperativas de pescadores artesanales y ayudarlas.

3. Establecer planes de cogestión local de los recursos pesqueros.

4. Integrar plenamente a los pescadores artesanales en el derecho nacional y en las estrategias alimentarias nacionales.

Por Loic Ntoutoume

Fuente: Gabon Review, 2 de noviembre de 2012.

Traducción: Ramón Arozarena

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