Las autoridades egipcias están furiosas por los nuevos planes del gobierno de Etiopía de construir tres presas gigantes hidroeléctricas en el Nilo Azul.
Los enfadados egipcios planean enviar un equipo para discutir el asunto con Etiopía, a pesar de la insistencia de este país en aseguran que el plan no pretende perjudicar a Egipto.
El primer ministro etíope, Meles Zenawi, dio a entender recientemente que su gobierno planeaba utilizar más agua del Nilo, para el desarrollo de actividades en el país, asediado por la sequía, que es el segundo más poblado de África.
Meles dijo que en el próximo mes se inaugurarán los proyectos de construcción de presas hidroeléctricas.
El Nilo Azul proporciona más del 80 % de las aguas del Nilo, y su flujo es por tanto una cuestión de vida o muerte para Egipto.
“Estamos planeando llevar a cabo una serie de importantes proyectos, incluido un gran proyecto en el Nilo”, declaró a la prensa Meles.
Sin embargo, el documento obtenido por Africa Review, de la Corporación Etiope de Energía Eléctrica, EEPCO, menciona nuevas presas no dadas a conocer, que se van a construir en la región del oeste de Etiopía, Benshangul Gumuz, tan sólo 40 kilómetros al este de la frontera con Sudán.
Etiopía planea generar 6.000 megavatios de electricidad de las nuevas presas, cuya construcción puede llevar entre 5 y 10 años, Los documentos no mencionan detalles más específicos.
Contrato adjudicado
De acuerdo con el plan del gobierno, el país tiene el objetivo de alcanzar una capacidad total de unos 15.000 megavatios de energía, en 10 años, a un coste de inversión de más de 12.000 millones de dólares.
El gobierno busca financiación desesperadamente para los proyectos y ya está en negociaciones con China e India, para obtener créditos blandos.
Los contratos ya han sido adjudicados a la firma constructora italiana Salini Costruttori.
El ministro etíope de Asuntos Exteriores, Birhane Gebrekirstos, ha insistido en que su país hará todo lo que esté en su mano para utilizar las aguas del Nilo para el desarrollo y las presas hidroeléctricas, sin, de ningún modo, reducir el flujo de las aguas hacia Egipto.
En un simbólico acto, el año pasado, Egipto cambió el asunto del Nilo del ministerio de Riego al ministerio de Interior, que se encarga de asuntos de seguridad nacional.
Según los medios egipcios, el aparato de seguridad de Egipto está listo para frustrar un reciente pacto sobre las aguas del Nilo, firmado por todos los países ribereños.
Quieren mantener la tradición, que otorga a Egipto la mejor parte de la cuota de aguas, tal y como quedó consagrado en un acuerdo colonial de 1959.
Periodo incierto
A pesar de ser uno de los países con mayor inseguridad alimentaria del mundo, Etiopía utiliza menos del 2 % de las aguas del Nilo, aunque contribuye al flujo de forma abrumadora, hacia Sudán y Egipto.
A parte de cumplir con la demanda nacional, Etiopía quiere exportar parte de la hidro-energía a Sudán, Yibuti y Kenia.
A largo plazo, sus planes de exportar electricidad incluyen también a Egipto e Israel.
En diciembre de 2010, Etiopía inauguró una presa hidroeléctrica bajo tierra, en el Nilo Azul, con capacidad de generar 420 megavatios.
La presa desató una amarga disputa entre Etiopía y Egipto. El ex presidente de Egipto, Hosni Mubarak incluso pidió a Italia que cortase la financiación de las presas hidroeléctricas de Etiopía.
Según algunos análisis, Etiopía, y posiblemente Uganda, intentan aprovecharse de un cierto periodo de incertidumbre, después de la caída de Mubarak, para intensificar sus propios planes para el Nilo.
Uganda también tiene el objetivo de generar 17.000 megavatios, en los próximos 15 años.
Etiopía anunció sus planes después de que Burundi se convirtiera en el sexto país signatario ribereño en aprobar el reciente pacto del Nilo, sobre utilización equitativa del agua, que fue negociado por 10 años, bajo la Iniciativa de la Cuenta del Nilo. Egipto y Sudán son los dos únicos países que se siguen oponiendo a este pacto.
La República Democrática del Congo todavía no lo ha firmado.
(Africa Review, Kenia, 18-03-11)