El ministro del interior egipcio declaró, el pasado 4 de enero, que las fuerza de seguridad del país habían detenido a cuatro personas sospechosas de haber participado en el atentado, en el interior de una iglesia cristiana, que mató a 27 personas en el mes de diciembre. Entre los detenidos se haya uno de los dos sospechosos principales del ataque, Karam Ahmed Abdel-Aal Ibrahim, y otros tres que colaboraron en la preparación del ataque. El número de muertos del atentado suicida del 11 de diciembre, durante la misa dominical en la Catedral de San Pedro Y San Pablo, subió hasta 27 el día 4 de enero, en que una mujer de 63 años falleció, debido a las heridas sufridas durante el atentado, dijo el ministro, que añadió que aún quedan 11 personas hospitalizadas.
El ministro informó que las autoridades siguen buscando a Mohab Mostafa el-Sayed Qassem, conocido también como “El Doctor”, anteriormente identificado por el ministro del interior como el líder del grupo. Durante la declaración, informó que las investigaciones en curso han revelado que uno de los tres hombres detenidos tiene lazos con la Hermandad Musulmana, y había participado en mítines del movimiento islamista, cuando éste aún era un movimiento armado.
El ministro del interior dijo que Qassem había recibido apoyo económico, logístico e instrucciones para realizar el ataque de los líderes de los Hermanos Musulmanes, residentes en Qatar. El grupo del Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad por el atentado, identificando al atacante suicida con el seudónimo de Abu Abdalla al-Masri. El presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi identificó al atacante suicida, de 22 años, como Mahmoud Shafik Mohamed Mostafa. La Hermandad Musulmana se ha desligado totalmente del ataque.
Las autoridades egipcias están luchando contra una insurrección islamista, sobre todo en la provincia del Norte del Sinaí. Algunos ataques han tenido como blanco las fuerzas de seguridad y oficiales del estado en el Cairo. Los ataques han aumentado desde julio 2013, fecha de la suspensión del presidente de la Hermandad Musulmana, Mohamed Mursi, llevada a cabo por el entonces comandante supremo del ejército, Abdel Fattah al-Sisi.
El ataque del mes de diciembre es el peor atentado contra la comunidad cóptica cristiana desde el ataque suicida de 2011, en el que murieron más de 20 personas a las puertas de una iglesia en la ciudad costera de Alejandría.
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