En un giro significativo, Estados Unidos y China anunciaron este lunes un acuerdo para reducir mutuamente aranceles, marcando la mayor desescalada en su guerra comercial desde 2018. Según Africanews y la BBC, el pacto incluye recortes progresivos en los impuestos sobre bienes por valor de 360.000 millones de dólares, aunque se mantienen algunas restricciones tecnológicas clave.
La Casa Blanca destacó que el acuerdo «protege los intereses estratégicos estadounidenses«, especialmente en sectores como semiconductores, donde se mantendrán limitaciones a las exportaciones chinas. Por su parte, Beijing calificó el movimiento como «una victoria del pragmatismo«. Según los analistas citados por Bloomberg, se advierte que persisten las tensiones en áreas como Taiwán y la competencia tecnológica.
Mientras los medios occidentales enfatizan las concesiones chinas en agricultura (como mayor acceso a su mercado para el grano estadounidense), la prensa asiática resalta que China logró mantener los subsidios a industrias clave. El acuerdo, que llega en un contexto de desaceleración económica global, podría aliviar las presiones inflacionarias, aunque los expertos consultados por la BBC dudan que este acuerdo resuelva las disputas geopolíticas de fondo entre ambas potencias.
Javier Moisés Rentería
CIDAF-UCM
