El gobierno norteamericano ha iniciado el proceso para retirar a Sudán de su “lista negra” de países que patrocinan el terrorismo, pese al conflicto en Darfur.
La Secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha solicitado al Director de Seguridad (Inteligencia) Nacional, James R. Clapper, que elabore un informe de evaluación sobre la situación actual de apoyo de Sudán a actividades terroristas.
Sudán ha venido siendo calificado por Washington como uno de los estados “patrocinadores del terrorismo” desde 1993, por dar refugio a organizaciones transnacionales islamistas radicales, incluyendo al mismo líder de Al-Qaidah, Osama Bin Laden. Sin embargo, un informe publicado por el Washington Times el día 7 de febrero, citaba sin nombrar a un alto funcionario estadounidense revelando que su Gobierno tiene la intención de desvincular la situación en Darfur con la posición del país africano respecto al terrorismo.
“La Administración de Obama quiere desvincular este anuncio –el de la retirada de Sudán como país patrocinador de terrorismo- de lo que ocurra en Darfur, dijo la fuente.
Sin embargo, la retirada de Sudán de la lista de países amigos de terroristas estaba inicialmente supeditada a la aplicación de la llamada “Acta de Responsabilidad para la Paz en Darfur” (en inglés, DPAA) que exige a Sudán la asunción de sus responsabilidades en este conflicto, y su resolución pacífica, para ser retirado de la famosa lista.
«Lo que estamos queriendo transmitir a Sudán es que podemos renunciar a esa condición, la aplicación de la DPAA, si se cumple todo lo que significa el Acuerdo Global de Paz” (CPA, por sus siglas en inglés), explica el funcionario estadounidense.
El presidente Obama cuenta con la capacidad de emitir una orden ejecutiva que sacaría a Sudán de la lista, según el Washington Times.
El mes pasado, Sudán llevó a cabo con éxito un Referéndum sobre la Independencia del Sur de Sudán, como estipulaba el CPA que el entonces Presidente George W. Bush negoció en 2005, poniendo fin a más de dos décadas de guerra civil entre el Norte y el Sur.
Pero la resolución de Darfur podría implicar además la retirada de las sanciones económicas que EE.UU impone a Sudán desde 1997.
El Washington Times informa que la Administración Obama ha ofrecido ahora al país africano un acuerdo con dos partes: Por un lado, Sudán sería retirado de la lista de Estados que auspician el terrorismo si se aplica plenamente el CPA, y por otro, las sanciones se levantarían si se resuelve el conflicto de Darfur.
Los combates y bombardeos se producen en Darfur desde que en 2003 los rebeldes, en su mayoría de grupos étnicos africanos, se levantaran contra el gobierno sudanés, el cual respondió con una política de ‘tierra quemada’ que ha matado unas 300.000 personas y provocado 2 millones de desplazados, en cifras de la ONU.
Las organizaciones de Ayuda y la Misión de Paz de Naciones Unidas vienen informando de la intensificación de los ataques en Darfur, que en los dos últimos meses han obligado a huir de sus hogares a cientos de miles de personas.
El gobierno sudanés ha comenzado ya a cooperar con la Administración americana en cuestiones de Inteligencia y Contraterrorismo, y más aún tras la brecha abierta recientemente entre los islamistas que apoyan al Presidente Al-Bashir y los que apoyan al veterano líder islamista Hassan Al-Turabi.
El enviado especial de EEUU en Sudán, Scott Gration confirmó esta semana que la Administración americana está ya en proceso de retirar a Sudán de la lista de terroristas. “Sí, estamos comprometidos en ese proceso. El presidente Obama ha declarado que estamos realizando un proceso de revisión de las actividades de Sudán que puedan tener alguna relación con el terrorismo internacional. Esto llevará probablemente unos 6 meses” dijo Gration a los periodistas en Jartum, tras su reunión con el Ministro de Exteriores sudanés Ali Karti, el día 8 de febrero.
Los responsables sudaneses llevan mucho tiempo expresando su frustración por la falta de reciprocidad de parte de EEUU con la cooperación de Sudán en la lucha antiterrorista.
(Sudan Tribune, 08-02-11)
Traducido por Santiago Izco.