El chadiano Mahamat-Saleh Haroun y el franco-tunecino Abdellatif Kechiche defienden los colores delcine africano en el Festival de Cannes. Ambos compiten por la prestigiosa Palma de Oro que el 26 de mayo se entregará al mejor largometraje.
Sólo tres años después de su primera participación, Haroun retorna con “Grigris”, por el nombre de su héroe: un joven de 25 años que sueña con convertirse en bailarín, a pesar de una parálisis en la pierna. Sin embargo, para ayudar a su tío enfermo, el joven se ve obligado a renunciar a su meta y a sobrevivir con tráficos de todo tipo. En el 2010 el director chadiano obtuvo el premio del Jurado con “Un homme qui crie” (Un hombre que grita”).
Con “La Vie d’Adèle”, es la primera vez que Kechiche camina por la alfombra roja de Cannes, luego de varias presencias en la Muestra de Venecia con “La Graine et le mulet” (La semilla y el mulo) y la “Vénus noire” (La Venus negra). En el festival del sur de Francia presentará una insólita historia de amor sacada de una historieta de Julie Maroh.
También hay gran expectativa por la proyección de “Zulu”, realizado en Sudáfrica por el director francés Jérôme Salle. La película se centra en una peligrosa investigación de dos policías, uno zulú y el otro un afrikaner de la township de Ciudad del Cabo: un fragmento socio-cultural de Sudáfrica después del apartheid (segregación racial) y de sus tantas contradicciones
MISNA 17 Mayo 2013