Dos activistas kenianos, Bob Njagi y Nicholas Oyoo, miembros del “Free Kenya Movement”, fueron presuntamente secuestrados este 1 de octubre en Kampala, Uganda. El incidente ocurrió en una estación de combustible donde se encontraban para reparar su vehículo, cuando, según los testigos, aparecieron cuatro agentes de seguridad armados y se los llevaron en un coche, apagando inmediatamente sus dispositivos móviles. Ambos activistas habían viajado desde Kenia para acompañar en su campaña rumbo a las elecciones presidenciales de 2026 al líder de la oposición ugandesa (National Unity Platform), Robert Kyagulanyi, comúnmente conocido como Bobi Wine (su nombre artístico, pues anteriormente era cantante de reggae).
Días antes se pudo ver a ambos activistas al lado de Wine durante su campaña, por lo que el secuestro se asume que ha sido motivado por su apoyo públicamente a la oposición. El propio Bobi Wine ha condenado lo ocurrido, calificándolo de un acto de “ilegalidad” por parte del “régimen criminal” y solicitando su liberación incondicional. Sin embargo, a día de hoy, su ubicación exacta continua siendo desconocida y organizaciones como la Sociedad de Derecho de Kenia (LSK), Vocal Africa y Amnistía Internacional, condenan abiertamente esta detención, declarando que atenta contra los derechos humanos de ambos activistas. A su vez, exigen a las autoridades ugandesas que revelen inmediatamente su ubicación así como que sean liberados de manera justa y segura.
Sin embargo, estos casos no pueden considerarse como aislados, sino que son parte de una tendencia más amplia de acciones, como detenciones extrajudiciales y rendiciones transfronterizas, contra activistas y movimientos de la oposición en la región. De hecho, Njagi ya fue secuestrado en 2024 durante más de un mes por su presunta vinculación con protestas de la oposición.
Fuente: NairobiLeo
[CIDAF-UCM]
