Los Estudios Amazigh son un floreciente campo que se cruza con los estudios Árabes, Francófonos, del Medio Oriente y Africanos. Pero, ¿por qué está ausente en la academia Anglófona?
Hoy, los estudios amazigh abarcan los países de Tamazgha, así como las diásporas amazigh en Europa y las Américas. Esto genera preguntas mordaces sobre metodologías y los límites del mismo espacio amazigh. A pesar de su profundidad y amplitud, los estudios amazigh tienen todavía una dificultad para encontrar su lugar en academia anglófona.
La academia anglófona continúa acercándose a Tamazgha a través de lentes de estudios Francófonos y del Medio Oriente. Esto deja sin enseñar la lengua indígena y sin desarrollar para fines académicos y pedagógicos la multisecular herencia amazigh.
Además de privar a los estudios amazigh de la oportunidad de prosperar, esta situación ha privado igualmente a los estudiantes y futuros académicos de las herramientas lingüísticas que necesitan. Las necesitan para comprometerse con indigeneidad amazigh y su multiforme transformación de estudios de Norte África desde una perspectiva completamente nueva.
La ausencia de Tamazight en la academia anglófona es un reflejo de su antigua situación en su tierra natal en el período poscolonial. Los regímenes árabe-nacionalistas e islamo-céntricos que tomaron el poder en África del Norte después de la independencia se alinearon con la Liga Árabe. Inventaron todo tipo de subterfugios para negar Tamazight y la cultura que transmitía, su derecho a existir en la esfera pública.
De escuelas a medios audiovisuales y de escaparates de tiendas hasta los letreros de las calles, Tamazight o tenía una presencia estrictamente limitada en la esfera pública o no se veía por ninguna parte excepto en formas muy folclóricas en forma de danza u otras artes.
Este borrado se agravó con la deliberada asociación de Imazighen con residuos del colonialismo francés. Esta de facto prohibición de Tamazight estuvo acompañada de políticas de arabización. Estas políticas confinaron aún más a Imazighen a los márgenes de pensamiento, cultura y educación.
Fue una época en la que destacados intelectuales, como Muhammad Abid al-Jabiri, pidieron “im?tat al-lahaj?t” (matar los dialectos) para acelerar el logro de la unidad árabe. Como resultado de la violencia simbólica que sufrieron, generaciones de educados imazighen fueron alieanadas de su idioma y cultura. Fueron dadas en alimento a “la boca del lobo” para revertir la ahora famosa frase de Kateb Yacine. El árabe reemplazó al Tamazight y, con el paso del tiempo, este último retrocedió a casa donde sobrevivió como lengua madre.
Este estado de borrado y resultante alineación no podía continuar sin ser abordada. Una nueva generación de intelectuales amazigh impugnó la marginación de su lengua y cultura. Ya sea en forma de Académie Berbère o Agraw Imazighen en París o de al-Jam’iyya al-maghribiyya li-al-ba?t wa-al-tab?dul al-taq?f? (La Asociación Marroquí para Investigación e Intercambio Cultural) en Marruecos, estas asociaciones protestaron por el statu quo y se dispusieron a buscar formas de volver a centrar su causa como un asunto de sociedad y democrático.
Aunque sus métodos y resultados fueron diferentes, los esfuerzos de estas asociaciones, que comenzaron en la década de 1960, han dado amplios frutos en la década de 1990 en Marruecos y Argelia. Iniciativas patrocinadas por el estado para incluir Tamazight en los medios de comunicación en Marruecos y la creación del Haut Commissariat à l’Amazighité en Argelia, fueron los aspectos más destacados de este período.
Sin embargo, intelectuales amazigh, que procedían de diversos trasfondos ideológicos, ampliaron, aún más lejos los límites de lo posible. Presionaron para abarcar los derechos humanos, indigeneidad, federalismo y participación política. A fines de la década de 1990, tamazight ya no era solo una cuestión interna de borrado cultural y lingüístico. Adquirió también una importancia transnacional como una cuestión de derechos humanos de los pueblos indígenas de África.
Cada vez más imazighen, tanto en Marruecos como en Argelia, trabajaron para crear partidos políticos y participar en políticas basadas en su identidad amazigh. El advenimiento de este discurso político forzó a los estados a hacer más concesiones. Esto culminó con reformas constitucionales que llevaron al reconocimiento del tamazight como lengua nacional u oficial tanto en Marruecos como en Argelia.
La insurgencia imazighen contra la marginación y el borrado significó un constante esfuerzo para dar visibilidad a su lengua y cultura. Actores amazigh, activistas o simplemente aquellos que alcanzaron la amazighitud, la conciencia de indigeneidad amazigh, utilizaron sus limitados recursos para resucitar su lengua en peligro. Resucitaron su idioma de su inminente extinción en el período poscolonial.
Un período de argumentos y contraargumentos, la década de 1980 fue testigo de una fuerte defensa cultural a favor del tamazight por parte de intelectuales amazigh. Los redactores del Seminario de Yakouren en Argelia en 1980 escribieron que “[a] fin de fomentar el desarrollo cultural del pueblo argelino, es necesario preservar un importante elemento de su identidad, a saber, su madre lengua, adaptándola al contexto socioeconómico en el que evolucionará”.
Los mismos redactores insistieron en la importancia del lenguaje para el desarrollo. El desarrollo del lenguaje no podría ocurrir, argumentaron, sin adoptar la lengua materna del pueblo argelino. De manera similar, los activistas marroquíes colocaron el idioma y la cultura en el centro de la democratización poscolonial del país.
Al abogar por la “unidad en la diversidad” y articular sus demandas como parte del proceso democrático dentro del país, los líderes amazigh marroquíes ayudaron a que su causa ganara más fuerza entre los partidos tradicionales. Esto lentamente modificó sus antiguas posiciones enemigas frente a tamazight.
Esta acción política y de defensa de múltiples frentes fue de la mano con la infusión de una nueva vida en la cultura amazigh. En lugar de la producción cultural tradicional, la rehabilitación del tamazight requería una nueva literatura y nuevas formas de expresión.
Por lo tanto, los activistas amazigh desenterraron historias poco conocidas. Recuperaron conocimientos anecdóticos sobre figuras amazigh durante la era preislámica. Publicaron panfletos, revitalizaron el canto amazigh, escribieron poesía, trabajaron en la traducción, publicaron actas de conferencias y estimularon la escritura de novelas amazigh.
El resultado es el surgimiento de una escena cultural amazigh viva y en constante expansión. Una escena que vive y crece paralelamente a la Arábica y Francófona. La escena revisa historias establecidas, cuestionando narrativas predominantes y brindando una visión diferente de estados y sociedades en Tamazgha.
Este escenario cultural paralelo ha rehabilitado el tamazight y normalizado la visión del lenguaje en el espacio público. Además, los eventos que centran la literatura y el pensamiento amazigh se han vuelto no solo normales sino omnipresentes.
El establecimiento del Congreso Mundial Amazigh en 1994 y el diseño de una bandera amazigh dieron a la identidad amazigh una dimensión indígena transnacional. Le proporcionó una iconicidad fácilmente reconocible que vinculaba a los imazighen a través de las fronteras de diferentes estados-nación.
Estos desarrollos, como he demostrado en otro lugar, han establecido una esfera cultural amazigh que se remonta a la historia prohibida de Imazighen. Han permitido que los actores amazigh contribuyan a que su idioma y cultura se mantengan al tanto de las necesidades de un mundo cambiante.
Gracias a estos esfuerzos, el tamazight ha dejado de ser el idioma de una cultura de folclore de pueblo. tamazight se ha convertido en el símbolo de identidad amazigh, que es un testimonio del renacimiento y estéticas del tamazight.
Este renacimiento ha sido también un testimonio de la capacidad de Imazighen para crear e innovar en su propio idioma. Imazighen innovó sin ser ajena a aprender y crear en otros idiomas. Después de todo, el tamazight ha estado siempre en dialogo con otros idiomas y culturas en las áreas colindantes con Tamazgha.
La pregunta entonces es ¿cuántos estudiantes en la academia anglófona tienen acceso a este conocimiento? Si lo hacen, ¿cuántos podrían acceder a él en su idioma original sin que sea mediado por árabe o francés? La respuesta lógica es que, más allá de quienes lo adquieren como lengua materna, solo un número muy limitado de personas habla tamazight.
Entre los que hablan el idioma, solo un pequeño número puede leerlo y escribirlo. Esto se debe a que el idioma no es ofrecido en ninguna institución académica del mundo angloparlante. Si bien el idioma se enseña en Francia, Holanda y España, que tienen proximidad geográfica a Tamazgha y albergan considerables poblaciones amazigh, las instituciones anglófonas aún tienen que ofrecer el idioma a sus estudiantes.
Debido a esto, miles de estudiantes no tienen la oportunidad de estudiar el idioma. No tienen la posibilidad de decidir si quieren seguirlo como un curso de estudio. En ausencia de enseñanza de tamazight, es muy difícil evaluar cómo reaccionarían los estudiantes, lo que hace aún más importante el ofrecimiento del idioma.
La ausencia actual de tamazight en la academia anglófona no siempre ha sido así. Instituciones británicas y estadounidenses solían ofrecer el idioma hasta la década de 1990. Aunque la enseñanza se centraba en lingüística, se enseñaba el idioma y académicos produjeron los necesarios materiales pedagógicos. Estos materiales son hoy un testimonio de la capacidad de la academia anglófona para crear espacio para los estudios amazigh.
Hasta la década de 1990, las Universidades de Michigan, la Universidad de California Los Ángeles y la Escuela de Estudios Africanos y Orientales (SOAS) en Londres ofrecían cursos en ambas lingüísticas tamazight y amazigh dentro de sus departamentos de lenguas y culturas del Cercano Oriente.
Joseph Appelgate enseñó tamazight en el MIT entre 1956 y 1960, mientras que Ernest Abdel-Massih y Thomas G. Penchoen enseñaron respectivamente en la Universidad de Michigan y la Universidad de California Los Ángeles. En 1962, James Byron se incorporó a SOAS donde trabajó como profesor de árabe y tamazight hasta su jubilación en 1990.
Es muy importante señalar aquí que Penchoen y Byron fueron alumnos de Lionel Galand en el Institut National des Langues Orientales de París. Este hecho revela cómo el Centro de Estudios Amazigh o lo que se denomina en francés Etudes Berbères se trasladó a Francia tras la independencia de Argelia en 1962. El trabajo fundacional de estos profesores ha dado como resultado una importante “libreria Amazigh” en inglés.
Varios factores han contribuido a la actual desaparición de los Estudios Amazigh de la academia anglófona. Además de retirada y cambio de focos académicos, el surgimiento de Medio Oriente y África del Norte bajo el ampliamente utilizado acrónimo MENA ha fusionado Tamazgha dentro de Medio Oriente.
El deseo de ver a toda la región agrupada bajo el manto del Islam y lo Árabe ha borrado múltiples aspectos que se reflejan en las actuales configuraciones departamentales que favorecen siempre el Medio Oriente a expensas de Tamazgha.
La fuerza hegemónica de esta denominación MENA ha tenido un efecto perjudicial en los Estudios Amazigh. Ni siquiera ha sido invitado a ocupar un lugar en un espacio totalmente lleno. Como resultado los Estudios Amazigh solo pueden surgir y ocupar el lugar que les corresponde en un entorno académico en el que la disciplina escapa las actuales hegemonías geográficas y lingüísticas. Estas hegemonías han subyugado el tamazight al dominio de poderosos lenguajes.
Conscientes de la importancia de la geografía como espacio descolonizado los activistas amazigh han presentado Tamazgha como una crucial reinvención de toda la parte norte de África. En referencia a los territorios que se extienden desde las Islas Canarias hasta el noroeste de Egipto y la totalidad de la región del Sahel, Tamazgha se define como la patria Amazigh. Es la patria donde históricamente se han hablado dialectos del tamazight.
Más allá de su enfoque amazigh, Tamazgha tiene la capacidad de ayudar a resolver varias cuestiones de manera innovadora. Varios asuntos han preocupado la erudición poscolonial de la región, incluyendo cómo cerrar la brecha entre lo que actualmente se conoce como Norte y África subsahariana.
El uso de Tamazgha no solo ampliará el estudio de las innumerables conexiones entre diferentes partes de África, sino que también desafiará las nomenclaturas coloniales que se han convertido en realidades físicas a través de fronteras y estados-nación.
Como entidad imaginaria supranacional basada en una historia y un idioma compartidos, Tamazgha abre la posibilidad de afirmar conexiones entre países y dentro de África. Lo abre de formas que trascienden las divisiones actuales que tienen al Sáhara como frontera natural entre las diferentes partes de África.
Además, Tamazgha desafía la separación colonial basada en la raza entre la “Afrique blanche” y la “Afrique noire”. Al discutir su visión para las relaciones internacionales Amazigh en su libro al-Bad?l al-am?z?gh? (La alternativa Amazigh), el veterano activista Amazigh Ahmed Dgharni escribió que “nuestro trato vertical se extiende a los países de Tamazgha en África, que forman parte de nuestra subjetividad geográfica, histórica y humana, tal como lo atestigua nuestra historia económica, política y cultural”.
Dgharni va un paso más allá al afirmar que “nos negamos a considerar a Africanos– específicamente a los africanos de Tamazgha– extranjeros en Marruecos”. Esta atención a las continuidades humanas, culturales e históricas entre las diferentes partes de Tamazgha desafía el statu quo. Brinda la oportunidad de ampliar el alcance de nuestra comprensión de problemas de raza y pertenencia en esta extendida geografía. La declaración de Dgharni sobre inmigración constituye una forma novedosa de pensar y enseñar sobre movilidad dentro del más amplio territorio de Tamazgha.
Esta reimaginación de geografía sucedió junto con un discurso de vanguardia sobre autenticidad indígena en dialogo con el movimiento global de indigeneidad. Los imazighen han pasado de verse a sí mismos simplemente como portadores de una lengua y cultura reprimidas, a defensores de su condición de habitantes indígenas de Tamazgha.
Al igual que otros pueblos indígenas, los imazighen han conceptualizado cómo enfrentan los problemas relacionados con el acceso equitativo a los recursos, el uso de la tierra y la preservación y aplicación de las leyes consuetudinarias. Diferentes grupos amazigh han estado en desacuerdo sobre la aplicabilidad del marco indígena a los imazighen. El abogado Hassan Idbelkassam me explicó el proceso que lo llevó a adoptar la indigeneidad como un curso de acción desde que se encontró con el concepto en la Convención de Derechos Humanos en Viena en 1993.
Para Idbelkassam, el descubrimiento de otros pueblos indígenas en todo el mundo lo ayudó a percibir el potencial de trabajar dentro del grupo de trabajo de Pueblos Indígenas como mejor que el grupo de trabajo minoritario. Como resultado de la participación activa de las asociaciones amazigh se creó en 1997 el Comité Coordinador de los Pueblos Indígenas de África.
El discurso de Indigeneidad Amazigh está ahora en primera línea. Quedan por ver todas las formas en que se podría integrar en un dialogo con los Estudios Indígenas en la academia anglófona. De hecho, el impulso actual para establecer programas de Estudios Indígenas en los Estados Unidos es una gran oportunidad para la incorporación de los Estudios Amazigh a los Estudios Indígenas. Este paso no solo enriquecerá metodologías, sino que también tiene el potencial de ampliar el alcance de estos programas para mirar más allá de los contextos de América del Norte.
A la luz de los cambios transformadores que el surgimiento del movimiento amazigh ha provocado al pensamiento, políticas y geografía en Tamazgha, ya no es posible mantener los actuales enfoques disciplinarios para el estudio de Tamazgha. El Magreb o África del Norte como espacio bilingüe franco-árabe ha dejado de existir (si es que existió). Ese espacio solo se encuentra en libros y artículos de periódicos.
Tamazgha como una esfera sociocultural multilingüe y multicultural, donde cuatro importantes idiomas son constantemente utilizados para producir pensamiento y literatura, ha sido de hecho la realidad desde principios de la década de 2000, si no antes.
Solo la enseñanza del tamazight y los Estudios Amazigh podría corregir esta cuestión y poner en primer plano la dimensión ausente. De hecho, la literatura, el cine y el pensamiento amazigh no tienen nada que envidiar al contenido árabe y francófono que hoy se enseña en inglés.
Los estudios amazigh pueden convertirse en realidad en la academia anglófona. Puede hacerlo si universidades asignan los recursos necesarios para rehabilitar un idioma y una cultura cuyos pueblos indígenas han revivido de manera brillante y autosuficiente. A través de los Estudios Amazigh, estudiantes aprenderán ante todo sobre cómo un idioma y una cultura sobreviven a la extinción y al borrado a través de la resiliencia.
Además, todos se beneficiarán significativamente dando la bienvenida a los Estudios Amazigh a sus departamentos y programas en la academia anglófona. Los programas de estudio serán más ricos y diversos. La comprensión de la región por parte de los estudiantes será más matizada. Se incrementarán las posibilidades de investigación original y multilingüe por parte de estudiantes de posgrado. En todo el conjunto la inclusión de los Estudios Amazigh será un gran progreso para las universidades que lo adopten por primera vez porque pueden marcar la pauta para el futuro de este campo en inglés.
Fuente: Africa is a Country
[Traducción, Jesús Esteibarlanda]
[CIDAF-UCM]