Donde dar a luz puede ser tan barato como comprar una cabra

24/10/2008 | Crónicas y reportajes

Los índices más bajos del coste de los cuidados durante el embarazo y de dar a luz podrían ser los de algunas zonas rurales de Narok y Kajiado, en Kenia.

Mal equipados, las comadronas tradicionales a menudo son el único cuidado “hospitalario” disponible para los habitantes Masai de esa tierra.
Una encuesta realizada en los distritos sur y norte de Narok indica que sólo los que viven cerca de las principales ciudades y centros de comercio tienen a sus hijos en centros de salud.

Las madres embarazadas de lugares lejanos como Loita y los centros de comercio cercanos a la frontera entre Kenia y Tanzania dan a luz en las manyattas, las viviendas de los masai, con la ayuda de las comadronas tradicionales.

En lugares remotos de la región, desde donde se tarda hasta doce horas en alcanzar Narok, las madres algunas veces dan a luz en el camino, mientras son llevadas en camillas improvisadas, y sus familias buscan la ayuda de estas comadronas tradicionales.

Se cree que el índice de mortalidad infantil es alto, pero no se puede saber con certeza el número exacto de muertes, porque no se informa de todos los casos.

Incluso algunas madres que logran llegar a los centros de salud, prefieren dar a luz en casa porque creen que sólo sus maridos y las parteras tradicionales pueden verlas desnudas. Ellas creen que las comadronas locales las tratan con más humanidad que el personal de las clínicas.

Durante el embarazo, las parteras visitan a las futuras madres y dan indicaciones a la familia para que las alimente con simples dietas de sangre y leche, para que los niños no se hagan muy grandes y causen complicaciones en el parto.

“Siempre sale bien cuando mantienes a la madre a dieta, el niño es pequeño y sale sin problemas”, explica Ngini Ene Karbolo, una comadrona del poblado de Kojonga, en Narok norte.

Comadronas tradicionales

Después del parto, se permite a la madre ingerir comidas grasientas, para que puedan recuperar peso y dar el pecho a su bebé.

Las comadronas son recompensadas por su trabajo. Se les dan regalos como cabras y son incorporadas simbólicamente al clan familiar.

Pero el gobierno dejó de dar formación a las comadronas tradicionales hace algunos años y quiere que dejen de trabajar, por temor a que sus métodos antihigiénicos puedan contagiar el virus del SIDA.

“Esta gente interpreta un papel importante en la sociedad, pero el gobierno no les da más formación porque su rol ha sido asumido a gran escala por los médicos con preparación”, comenta el oficial de Sanidad Pública del distrito norte de Narok, John Towett.

Towett dice que con el SIDA/VIH, el gobierno pensó que sería mejor para las madres dar a luz en hospitales y clínicas para evitar el contagio madre – hijo, y esto, con las matronas tradicionales no se puede controlar. “El gobierno ha ampliado la provisión de instalaciones ante natales en la mayor parte de Kenia, incluso en las llamadas áreas remotas, y pronto los servicios estarán por todas partes, para disminuir los índices de mortandad infantil y controlas las infecciones del Sida y VIH”, añade.

La propietaria del centro de rescate de niños, Tasaru Tomonyok, en la ciudad de Narok, Agnes Pareiyo, dice que deberían ponerse a disposición de todos los métodos seguros para el parto, para combatir la mortandad infantil y la propagación del Sida, añadiendo que el gobierno tiene el deber de construir y equipar clínicas en las zonas rurales.

Kipchumba Kemei

Artículo publicado en el diario The Standard, de Kenia, el 24 de octubre de 2008

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