Doce soldados nigerianos fueron condenados a muerte por rebelión e intento de asesinato, el pasado lunes, día 15, después de que en mayo tratasen de matar a su comandante en la ciudad de Maiduguri, capital del estado de Borno. Según declaraciones de Patrick Tor Alumuku, director de comunicaciones sociales de la Archidiócesis de Abuja, “La condena a muerte de los soldados que se amotinaron es un síntoma del malestar del ejército nigeriano. Los soldados desde hace tiempo reivindican que no pueden ir a luchar contra Boko Haram con armas inferiores a las que disponen sus oponentes”. Para Alumuku “La condena de ayer tiene como objetivo servir de ejemplo a los soldados que se niegan a luchar contra Boko Haram. La sentencia, que estaba pendiente desde hace tres semanas, probablemente tiene como propósito empujar a los soldados a poner más esfuerzo en la lucha contra la secta islamista”.
En el estado de Kogi, en el centro del país, donde según Alumuku “se han descubierto en un pasado reciente células clandestinas de la secta islamista… lo que demuestra, una vez más, que hay células de Boko Haram en otros estados, no solo en los del noreste”, un convoy militar ha sido atacado por un grupo armado que parece estar ligado a Boko Haram. Según la prensa nigeriana, el ataque fue realizado por un grupo que parece estar bien entrenado y abastecido de un arsenal sofisticado.
Fuente: Agencia Fides – Fundación Sur