La visita del Papa Francisco, del 25 al 30 de noviembre, a Kenia, Uganda y República Centroafricana, además de su habitual carácter pastoral, reviste una singular importancia para las relaciones con el Islam africano, considerado hasta ahora como el más afable y empático, a pesar de la radicalización rampante que conoce en ciertos ambientes. Los tres países que visitará en Sumo Pontífice han conocido tensiones y violencias: ataques de las milicias shebab en Kenia y grupos armados reivindicándose del islam (u otras confesiones) en Uganda; aunque la de República Centroafricana es la que ha comportado una importante dosis de tensiones con un componente religioso. En la agenda del Papa está prevista la visita de una mezquita. Según testimonios locales esta visita sería toda una señal de esperanza: “Si el Papa va al barrio de la mezquita y sale sano y salvo todos podemos hacerlo”.
Aunque el Vaticano lo ha desmentido se llegó a sugerir que el Papa debía llevar un chaleco anti-balas. Lo que si en cierto es que no toda la Curia Vaticana comparte la determinación del Papa Francisco en mantener los cauces de diálogo con los musulmanes (pero también con las otras confesiones cristianas) abiertos. Hassan Ole Nado, uno de los líderes del Consejo Supremo de Musulmanes de Kenia (SUPKEM), ha afirmado que allí estarán, junto a otros compatriotas, para desearle la bienvenida al Papa ya que “nada hay tan importante como la coexistencia pacífica de todos los habitantes de Kenia y sus vecinos”.
Fuentes: Centrafrique-Presse / Daily News Egypt
[Editor de AfroIslam: José María Cantal Rivas]
[Fundación Sur]
0 comentarios