¿Qué hacer para desmentir esta profecía?
El pasado 19 de abril, me encontraba en Uahiguya para el Día Nacional del Campesino. Visitando la feria, me detuve frente a algunos puestos en los que se exponían productos ganaderos de la región norte de Burkina. Entre otros, pude admirar unos hermosos toros de raza gudali o azawak, así como estupendas ovejas blancas. Pero, lo que más me sorprendió fue que, entre los expositores, no había ningún ganadero fulani. Este hecho me inquieta profundamente. ¿Qué puede significar?
Dos días más tarde, tenía lugar el “diálogo directo” entre el Presidente del Faso y los productores de las 13 regiones de Burkina. Las quejas no faltaron. Con relación a la ganadería, en mi carta anterior señalaba: “la falta de acceso al agua y cañadas para el ganado, el mal estado de las presas, la ocupación ilegal de las áreas de pastoreo, la persistencia de conflictos entre agricultores y ganaderos, los devastadores efectos de la búsqueda del oro, la contaminación, la ausencia de fábricas de alimento para el ganado …”
A ello, añado algunas observaciones personales; – Con demasiada frecuencia, aún se trata a los fulani como “extranjeros”, incluso cuando están instalados en un lugar desde hace más de cien años. – En este mes de abril, en varias lecherías no se encuentra leche (o muy poca). Algunas solo tienen la que proporcionan las granjas “modernas” – Todavía se permite a los patrocinadores industriales promover la jatrofa, a costa de la alimentación de la población y del ganado. – Aún hay muchas comunidades fulani, sin tierra, que no envían sus hijos (numerosos) a la escuela. ¿Qué será de ellos, sabiendo que la población de Burkina aumenta con rapidez? En 1965 (fecha de mi llegada), Alto Volta tenía 4 millones de habitantes; hoy somos más de 16 millones. No es un drama si se organiza la convivencia y si se respeta la planificación territorial. Pero si se deja que los conflictos entre agricultores y ganaderos se desarrollen, el futuro podría ser sombrío.
A eso pensaba probablemente el administrador burkinabé que, al día siguiente de la rebelión tuareg en Mali, decía:
“Después del caso Tuareg, en la región surgirá el caso Fulani»
En enero del 2005, traté de este problema en un artículo titulado: «¿Asistiremos, impotentes, al etnocidio, o genocidio, de los ganaderos tradicionales, los Fulani? »
Desde entonces, según parece, la situación de los ganaderos tradicionales no ha cambiado mucho, aunque se venda con mayor facilidad la leche local.
Y sin embargo, los ganaderos fulani han cambiado en su conjunto. Un cambio lento (comenzó antes del 2005), pero profundo, y que constituye un activo enorme para mejorar la situación y fortalecer la paz social.
Pero es necesario reconocer ese cambio y aceptarlo.
¿De qué cambio hablamos? Desde hace décadas (antes de la independencia), las comunidades fulani se habían replegado sobre sí mismas y no esperaban nada (o muy poco) de la administración o del sistema educativo. Por eso, el documento “Estrategia de habilitación, seguridad y revalorización de las áreas pastorales”, del Ministerio de Recursos Animales de agosto 2008, que establecía las aéreas de pastoreo, hablaba (p. 38) de “esperas culpables” de poblaciones de base (leer: de los ganaderos tradicionales, es decir, de los fulani). Pero el documento continuaba: “ahora sienten la necesidad de dicha habilitación”. En consecuencia, el documento invitaba a esas poblaciones a tomar iniciativas y a comenzar con las concertaciones y negociaciones necesarias… – Estoy convencido de que ellas están dispuestas a hacerlo.
El otro cambio importante es que los fulani, -las mujeres en particular- desean de verdad leer y escribir en fulani. Desde hace 6 años, nosotros ofrecemos cursos de alfabetización en lengua fulfulde. La demanda no disminuye. Cada vez, las mujeres constituyen la mayoría de los asistentes y son más fieles a los cursos. Este año, hasta hemos apoyado 2 centros exclusivamente para mujeres.
A menudo, también, al final del ciclo de alfabetización, los hombres dicen : Ahora debemos hacer todo lo posible para formar parte del Comité Rural de Desarrollo – (CVD – Célula de base de la descentralización).
Conscientemente o no, los ganaderos fulani han cambiado profundadamente de estrategia. Después de haberse encerrado en sí mismos, ahora aspiran a ser plenamente reconocidos como ciudadanos burkinabé con plenos derechos, y están dispuestos a comprometerse para ocupar el lugar que les corresponde en la sociedad burkinabé. ¿Sabremos reconocer este cambio y asumir sus consecuencias?
“Después del caso Tuareg, en la región surgirá el caso Fulani»
¿Qué hacer para desmentir esta profecía?
En mi próxima carta, haré algunas propuestas que impedirían, creo yo, la realización de esta profecía.