Después de huir de Boko Haram niñas camerunesas venden sexo para sobrevivir

14/05/2018 | Crónicas y reportajes

secuestradas_boko.jpgDjamila baja los ojos y nerviosamente juguetea con el velo que cubre parte de su rostro. Se ha bañado, se ha puesto su mejor ropa y se dirige a una concurrida encrucijada llamada «Old Manor» en Maroua, capital del extremo norte de Camerún. Aquí es donde la joven de 16 años se encuentra con sus amigas la mayoría de las noches, no por diversión, sino para caminar por las calles. Desde que Boko Haram las sacó de sus aldeas, las chicas recurrieron al trabajo sexual para sobrevivir. «Voy a buscar dinero para alimentarme», dijo Djamila en la tranquilidad de un edificio de oficinas cercano, con los ojos fijos en el suelo. Ella vaciló antes de continuar. «Duermo con hombres y me dan dinero».

Hace tres años, era una feliz estudiante de secundaria en el pueblo de Amchide en la frontera con Nigeria. Cuando los militantes islamistas atacaron en 2015, ella fue separada de sus padres y la llevaron al bosque. Ahora se ha sumado a lo que los trabajadores sociales dicen que son un número creciente de trabajadoras sexuales infantiles en Maroua y ciudades cercanas, conducidas allí por la violencia y a las que se ofrece poco apoyo.

«Debido a la pobreza y Boko Haram, las niñas de 10 a 16 años se prostituyen en las calles de Maroua», declara Ezechiel Marvizia, coordinador nacional de la Asociación para la Protección de Niños Separados de sus Familias en Camerún (APEEFC). Marvizia estima que hay alrededor de 150 trabajadores sexuales menores de edad en Maroua, y más en ciudades como Mora, Mokolo y Kousseri, aunque no hay cifras oficiales. «Es difícil (ayudar) porque Boko Haram sigue atacando y los jóvenes siguen huyendo de sus aldeas», afirmó.

Djamila y un hermano menor caminaron durante días, sin llevar nada, después de que huyeron de Boko Haram. «Quemaron, violaron y mataron a todos», dijo Djamila. «Tres años después, no sé qué pasó con mis padres». Encontró una tía en Maroua pero no les ofreció refugio, la familia ya tenía demasiadas bocas para alimentarse.

Boko Haram ha matado a decenas de miles de personas durante su insurgencia de nueve años para forjar un califato islámico en la región del Lago Chad, expandiéndose desde su base en el noreste de Nigeria. Más de 240.000 personas están actualmente desplazadas dentro de Camerún, según la agencia de migración de la ONU.

Las trabajadoras sexuales menores en el extremo norte provienen principalmente de esta población desarraigada que habitaba la zona fronteriza frecuentemente atacada por Boko Haram, dijo Marvizia. Muchas fueron separadas de sus familias, pero algunas chicas entrevistadas por la Fundación Thomson Reuters vivían con sus padres y aún se veían obligadas a vender sus cuerpos. «Es gracias a este dinero que podemos comer y comprar cosas pequeñas», dijo Leslie, una adolescente tímida en Maroua que recurrió al trabajo sexual después de huir de una ciudad fronteriza nigeriana con su familia.

Fuente: All Africa

[Fundación Sur]


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