Cientos de agentes de policía partieron de Kenia hacia Haití el 24 de junio para liderar una fuerza multinacional destinada a combatir a las poderosas pandillas responsables del aumento de la violencia mortal este año. Este despliegue no ha estado exento de controversia.

El presidente William Ruto enfatizó la importancia de su misión: «Su desempeño en esta tarea debe ser una declaración firme de la capacidad y la contribución de Kenia a la paz y la seguridad globales, y una respuesta clara a los que dudan y desprecian su competencia, integridad y profesionalismo, así como las credenciales de nuestra nación. Ustedes están asumiendo una tarea vital, una misión que trasciende fronteras y culturas. Vuestra presencia en Haití traerá esperanza y alivio a las comunidades desgarradas por la violencia y devastadas por el desorden«.

Ignorando un fallo judicial que considera inconstitucional el despliegue, la administración del presidente Ruto ha seguido adelante con la misión. Los críticos han expresado su preocupación por la historia de presuntos abusos cometidos por agentes de policía de Kenia.

El grupo inicial de 400 policías es parte de los 1.000 que Kenia ha prometido enviar a Haití como contribución a la fuerza liderada por las Naciones Unidas. La ceremonia de despedida del 24 de junio se mantuvo cerrada a los medios de comunicación.

Un recurso judicial pendiente busca bloquear el despliegue, y un fallo inicial cita la ausencia de un acuerdo recíproco entre Kenia y Haití como una cuestión constitucional. Sin embargo, el presidente estadounidense Joe Biden elogió el liderazgo de Kenia en la fuerza multinacional durante la reciente visita de Estado de Ruto a Washington. Estados Unidos ha prometido 300 millones de dólares para apoyar a la fuerza, y Biden señaló que una presencia de tropas estadounidenses en Haití podría plantear cuestiones problemáticas.

La violencia en Haití ha aumentado significativamente, con más de 2.500 personas muertas o heridas en los tres primeros meses del año. Desde finales de febrero, la violencia desplazó a más de medio millón de personas , controlando las pandillas al menos el 80 % de la capital, Puerto Príncipe, así como las carreteras clave. La violencia y la inestabilidad han provocado la dimisión del primer ministro, Ariel Henry, que quedó atrapado fuera del país cuando se cerró el aeropuerto internacional.

El despliegue se produce en un momento en que la policía de Kenia está bajo investigación. La semana pasada, grupos de vigilancia acusaron a la policía de Kenia de usar una fuerza excesiva durante unas protestas antigubernamentales, lo que resultó en la muerte de más de 20 personas. Un manifestante recibió un disparo de un presunto policía vestido de civil, mientras que otro falleció por el impacto de un bote de gas lacrimógeno lanzado por la policía. La Autoridad Independiente de Supervisión Policial de Kenia está investigando estos incidentes, en los que también resultaron heridas más de 200 personas.

Casi dos años después de que Haití solicitara ayuda urgente para sofocar el aumento de la violencia de las pandillas, se están dando diferentes tipos de reacciones ante la noticia de que cientos de policías kenianos están llegando finalmente al país.

El 25 de junio algunos haitianos saludaron la llegada de los policías de Kenia, mientras que otros vieron los observaron con cautela. Hay quien piensa que esas fuerzas de seguridad tendrán que estar presentes en todo el país para que la población se sienta verdaderamente libre. Otros creen que la solución a los problemas de Haití es responsabilidad de los propios haitianos, pero agradecen cualquier ayuda si ofrece a los ciudadanos la seguridad que tanto necesitan para moverse libremente en el país y alimentarse. También hay quienes piensan que la ayuda está llegando demasiado tarde. ”Hemos estado sufriendo y esperando durante cuatro años«, claman.

La policía de Kenia encabezará una fuerza multinacional contra las poderosas pandillas, cuya violencia mortal se ha disparado este año. La Policía Nacional de Haití carece de recursos suficientes y está mal equipada. Un informe de la ONU señala que sólo tiene unos 4.000 miembros en servicio para garantizar la seguridad de 11 millones de habitantes.

No está claro cuál será la primera misión de los kenianos. Lo que sí está claro es que se enfrentan a pandillas violentas que controlan el 80 % de la capital de Haití y han dejado sin hogar a más de 580.000 personas en todo el país, mientras saquean barrios en su afán por controlar más territorio.

Según el Consejo de Seguridad de la ONU, fuerzas de otros países como Bahamas, Bangladesh, Barbados, Benín, Chad y Jamaica se unirán a las kenianas para sumar un total de 2.500 agentes de policía, que se desplegarán en diferentes fases, con un coste anual de unos 600 millones de dólares.

Fuente: Africanews

[Traducción y edición, Jesús Zubiría]

[CIDAF-UCM]