Desnudarse para cambiar las cosas (Parte 1/2)

El significado de las protestas de las mujeres nigerianas desnudas

Las redes sociales fueron un hervidero el 23 de julio de 2020 cuando cientos de mujeres, la mayoría desnudas, protagonizaron una manifestación en el estado de Kaduna, en el noroeste de Nigeria. Ellas, llorando y rodando por el suelo, protestaban por las muertes derivadas de los incesables ataques a su comunidad. Las manifestantes, mayoritariamente madres, imploraban justicia y hacían un llamamiento al gobierno, a las agencias de seguridad y a la comunidad internacional para que intervinieran.

Estas manifestaciones “al desnudo” no son algo novedoso en Nigeria. Tradicionalmente, para los pueblos igbo y yoruba la desnudez supone una maldición para aquellos a los que se dirige la desnudez. A veces, las madres se desnudan para maldecir a sus hijos holgazanes o a sus maridos cuando las engañan. En algunos casos, incluso significa que están dispuestas a morir por la causa.

De manera histórica, las mujeres nigerianas han utilizado, con éxito, su desnudez en las protestas para buscar un cambio. En un capítulo de contribución que escribí sobre este tema, hice un registro de varias protestas al desnudo, de las cuales algunas se remontan a la época colonial. Llegué a la conclusión que a través del espectáculo que son estas manifestaciones las mujeres han invertido la forma en la que se ven sus cuerpos y han utilizado la desnudez como un instrumento de poder para hacer que se escuchen sus voces.

Históricamente, por todo el mundo las mujeres han utilizado sus cuerpos para manifestarse en contra del comportamiento inaceptable de los que están en el poder. En África, la desnudez de las mujeres, sobre todo la de las madres y las abuelas, es una táctica histórica y simbólica de “vergüenza”. El que las mujeres promuevan su desnudez, tal y como ellas lo desean, hace que quiebre la mentalidad dominante, que ve sus cuerpos como pasivos, impotentes o como objetos sexuales.

Breve historia de las manifestaciones al desnudo

La mayoría de los estudios se han centrado en el rol de la ropa en la sociedad y han demostrado que puede cambiar la percepción de un individuo. Tristemente, hay muy pocas investigaciones sobre las protestas al desnudo, puede que porque la sociedad no acepta que el cuerpo desnudo se muestre en público.

El cuerpo femenino al desnudo es un poderoso lugar de protesta, ya que, al manifestarse desnudas, las mujeres le han vuelto a dar vida a las formas tradicionales de resistencia y protestas sociopolíticas, como la costumbre común entre las mujeres igbo llamada “sentarse sobre un hombre” o “luchar” contra un hombre. Esta era una costumbre en la que las mujeres mostraban su rechazo a los hombres abusivos, los hombres que no mantenían a su familia o los que nos respetaban las reglas del mercado. Vestidas como hombres en preparación para la guerra, las mujeres solo llevaban un taparrabos y helechos en la cabeza, se pintaban la cara con ceniza y llevaban palos con hojas de palma. Bailaban alrededor de la casa cantando canciones lascivas e insultantes que cuestionaban la hombría del hombre en cuestión y golpeaban la casa con sus armas e incluso la destruían. Seguían haciendo esto hasta que el hombre se arrepintiera. Esto era visto como lo peor que las mujeres le podían hacer a un malhechor.

A lo largo de la historia se han producido manifestaciones en las que las mujeres iban desnudas o semidesnudas para mostrar su desacuerdo con las políticas del gobierno o con incidentes que consideran demasiado peligrosos como para ignorarlos. En la mayoría de estas protestas, las mujeres consiguieron su objetivo.

Las manifestaciones al desnudo son siempre el último recurso. Este fue el caso en el sureste de Nigeria en 1929, cuando cientos de mujeres desnudas o semidesnudas se hicieron con las ciudades de Owerri, Calabar y Aba. Allí se manifestaron contra las duras políticas coloniales. Un teniente inglés describió a las mujeres como desnudas o casi desnudas, que únicamente llevaban coronas de hojas en la cabeza, cintura y las rodillas.

Empecé a decirles a las mujeres que no hicieran ruido. No me hicieron caso y me dijeron que mi madre era una cerda y no una mujer… llamaban cerdos a los soldados… y no les importaba si estos soldados las degollaban.

Esta manifestación acabó conociéndose como la famosa Lucha de las mujeres igbo. Antes del incidente, se habían intentado otras formas de protesta como hacerles solicitudes a las autoridades coloniales. Al final, “luchar” contra los oficiales se convirtió en el último recurso. Alrededor de 50 mujeres fueron asesinadas y otras 50, heridas.

Además, en los años 30, algunas de las mujeres que formaban Abeokuta Women’s Union (AWU) caminaron semidesnudas como señal de protesta contra las acciones políticas del Alake (especie de rey) de Abeokuta y le obligaron a exiliarse.

Bright Alozie

Fuente: The Conversation

[Traducción y Edición, Blanca Martínez Salvador]

[Fundacion Sur]

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