El tribunal de Casación acaba de confirmar la victoria de Pierre Pean en el caso que le ha enfrentado a la organización SOS Racismo, desde hace 5 años. Cinco años para confirmar que su libro no tiene nada de racista.
Esta vez, es definitiva. El tribunal de casación acaba de confirmar la victoria del periodista y escritor Pierre Pean, en el proceso iniciado por SOS Racismo, por difamación racial e incitación al odio racial. Pean ya había ganado sus procesos en primera instancia y en apelación. La jurisdicción francesa más alta, el tribunal de Casación, acaba de cerrar un caso que ha durado 5 años.
Todo surge a partir del libro de Pean “Noires fureurs, blancs menteurs”, [Negros furiosos, blancos mentirosos] publicado en noviembre de 2005, que acusa a Paul Kagame, actual presidente de Ruanda, de estar implicado en el atentado que acabó con la vida del anterior presidente, Juvenal Habyarimana, el 6 de abril de 1994, acto que desencadenó un genocidio. Pero no es esta tesis sobre quién es responsable del atentado que provocó el genocidio, sino otro pasaje, lo que provocó la queja de SOS Racismo: Pean evoca en el libro “la cultura de engaño y ocultación” de los tutsi.
En noviembre de 2008, en primera instancia, los jueces absolvieron a Pean considerando que esta fórmula “por brutal que pueda parecer, especialmente a las víctimas de genocidio” no pretende “desacreditar a todos los tutsi”. Un año más tarde, esta sentencia fue confirmada por el tribunal de apelación. Y esta vez, ha sido el tribunal de Casación, el que ha confirmado que no hay nada que reprochar a Pean. Para Florence Bourg, la abogada de Pean, se trata de un caso “muy importante para la libertad de expresión”.
“Hay una militancia bastante clara de SOS Racismo sobre Ruanda”
Pero este caso va más allá de la libertad de los periodistas. Al tomar una posición así sobre el genocidio ruandés, SOS Racisme, ha puesto el dedo en la llaga, en un engranaje que la Asociación, visiblemente, no controla. “Hay un militantismo bastante claro de SOS Racismo sobre Ruanda”, señala Florence Bourg. “Pierre Pean tiene una tesis que no es la de SOS Racisme, eso no debería haber terminado en el ámbito judicial, sino en un debate público”, ha lamentado la abogada.
Ya que el debate sobre Ruanda ha sobrepasado con creces el ámbito del anti racismo franco-francés. Al implicarse en esta gran polémica, SOS Racisme ha tenido que lidiar con las tormentas de la geopolítica africana. El pasado mes de septiembre, una manifestación de congoleños intentó irrumpir en los locales de esta asociación. Los congoleños acusan a SOS Racisme de poner en entredicho injustamente a los residentes de la República Democrática del Congo, con respecto a las violencias que han sufrido, al margen de la visita oficial de Paul Kagame a Francia. Desde 2010, en un informe de la ONU, el propio Kagame es acusado de estar implicado en masacres cometidas en la República Democrática del Congo.
Y en Francia, la cuestión de Ruanda se debate en los tribunales más de lo normal. El pasado mes de junio, Agatha Habyarimana, viuda del ex presidente ruandés y acusada de estar implicada en el genocidio, tras visionar antes de su difusión un documental de France 2 sobre ella, puso una demanda. Según ella, el filme ponía en cuestión su presunción de inocencia. Su demanda fue rechazada por el juez de recursos de urgencia.
¿Quién sirve a los intereses de Kagame?
Mientras tanto, otras dos decisiones de la justicia han cambiado un poco el contenido de las discusiones sobre Ruanda. El pasado mes de septiembre, el tribunal de Apelación de París rechazó la demanda de extradición de la viuda de Habyarimana hecha por Kigali, que la acusa de haber sido una de las cabecillas del genocidio. Y el pasado mes de octubre, el tribunal administrativo de Versalles anuló la decisión del prefecto de Essonne de rechazar el permiso de estancia para Agathe Habyarimana. Para el tribunal, el motivo de “amenaza para el orden público” invocado por el prefecto no estaba justificado.
Por el momento, la viuda de Habyarimana, que vive desde hace 10 años en Francia todavía es objeto de una denuncia por “complicidad con el genocidio”, del colectivo de partes civiles para Ruanda, de hecho, la asociación de dos personas, Dafroza y Alain Gauthier.
En resumen, con el caso Pean y el de Habyarimana, la justicia francesa ha perjudicado en muchas ocasiones la visión unilateral del genocidio ruandés. Una visión unilateral que, en todo caso, ha servido muy bien a los intereses de Paul Kagame, y accesoriamente a los del Eliseo, que quería reconciliarse a toda costa con Kigali. Eso es lo que han hecho reflexionar los dirigentes de SOS Racisme, con la pertinencia de su causa.
Tefy Andriamanana
(ARIB, Burundi, 09-11-11)
[Fundación Sur]