Desde lo más recio de la tormenta, aprendemos de lo vivido para recuperar la convivencia

30/03/2020 | Editorial

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Estamos viviendo una profunda crisis, que comenzó con la salud pero que se ha hecho trasversal y que alcanza a todos los países del Planeta, en distinta manera.

Básicamente, hemos visto dos tipos de reacciones en la gestión de esta grave crisis:

  • La primera ha sido una reacción rápida, decidida y contundente, que ha controlado la expansión del Coronavirus en poco tiempo, salvando así muchos miles de vidas humanas. Ejemplos: China, Corea, Singapur, y muchos países africanos.
  • La segunda forma de actuación ha sido lenta, ineficaz, irresponsable, que ha supuesto una subida exponencial muy rápida e incontrolada de contagiados, lo cual ha significado hospitales saturados y colapsados, con una pérdida de miles de vidas humanas. Ejemplos: Italia, España, Francia, Reino Unido, USA, etc.

Llevará su tiempo evaluar las pérdidas de vidas humanas, la destrucción de millones de puestos de trabajo, (hoy: 26.3.2020 afecta ya a 1.500.000 en España), el derrumbe de la economía, y el colapso de tantos servicios sociales por todo el globo.

Es preocupante ver hospitales desbordados, médicos sin medidas de protección o test que no acaban de llegar. La pandemia se acerca a su pico sin material, sin previsión suficiente, ni datos completos de los contagios.

España está hoy en cuarta posición en número de infectados, detrás de Italia, con más de 57.600, aunque en el apartado de muertos es segundo con 4.366 muertos, según Sanidad y las comunidades. El Ministerio ha confirmado hoy la contratación de cerca de 200 sanitarios extranjeros.

El coronavirus se expande ya hoy por 46 países del continente africano y roza los 2.800 casos positivos, por lo que sabemos. Mientras, cada vez preocupa más que los débiles sistemas sanitarios del continente no sean capaces de contener la expansión de la enfermedad.

Podemos asumir la lucha contra el Coronavirus mientras se controla al Gobierno y se le exige más responsabilidad y profesionalidad, en aquello que consideremos que no ha estado acertado. Los médicos no tendrían que haber llegado a esta situación inaudita de elegir a quien salvar por falta grave de medios.

Los partidismos actuales siguen frustrando un plan global de educación, así como una gestión competente de sanidad y de la economía, además de destruir la convivencia.

La pandemia a la que se está haciendo frente, ha puesto de manifiesto las graves deficiencias del actual modo de gobernar y gestionar los recursos nacionales, de las desigualdades intolerables, globalización de la insolidaridad y de la falta de valores éticos y humanos, esenciales para regenerar un desarrollo sostenible.

Sin embargo, nunca perdemos la esperanza.
Los diferentes pueblos irán reconstruyendo sus servicios sociales, infraestructuras, puestos de trabajo, y finalmente sus vidas. Esperamos que de esta crisis todos saldremos siendo personas más fuertes, más humanas, solidarias y responsables.

El ejemplo de nuestro personal sanitario y voluntarios es extraordinario. Se merecen toda nuestra colaboración y nuestra gratitud. Aplausos para todo el personal de la salud.

Lo más importante será elegir con acierto, el tipo de desarrollo y de economía que deseamos, el estilo de gobernanza que necesitamos y trabajar juntos para regenerar un mundo más humano y responsable. “¡Saldremos mejores de esta crisis!, le decía el papa Francisco a Évole.

“Tengo esperanza en la sociedad y en los pueblos. Aprendamos el cuidado responsable de los demás, del planeta y recuperemos la convivencia”.

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