Desde el armario de los presidentes, por Afribuku

17/07/2013 | Bitácora africana

Autora. Angela Rodríguez Perea

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La política no es únicamente un juego de estrategias y negociaciones, es también (y mucho) un trabajo de comunicación. En un terreno en el que casi nada sucede por azar, incluso elegir la ropa del día puede tener un significado y repercusiones profundos. Sentíamos curiosidad por ver qué nos contaban al respecto los armarios de algunos políticos africanos.

Con las independencias, la vuelta a lo tradicional

Sylvanus Olympio (Togo), Jomo Kenyatta (Kenia), Sekou Touré (Guinea) y Kwame Nkrumah (Ghana)

Los llamados “padres de las independencias”, los primeros presidentes de los nuevos Estados africanos, tenían en común una educación occidental. Muchos, sin embargo, optaron de manera consciente por dejarse inmortalizar con trajes tradicionales. El gesto era bien meditado y simbólico; se trataba de reivindicar lo genuino, lo propio, por oposición a la cultura del antiguo colono. Y no se limitaba a lo visual. Johnstone Kamau es por ejemplo el nombre con que fue bautizado el primer presidente de la Kenia independiente, pero él mismo lo cambió por el kikuyu “Jomo“. Su apellido pasó a ser Kenyatta, palabra que denomina una especie de cinturón de perlas tradicional que se coloca en el pecho.

A muchos otros, como el senegalés Senghor o el marfileño Houphouët-Boigny, rara vez se los vio en público sin sus trajes de chaqueta y respectivas corbatas. Hoy por hoy sus nombres, sobre todo el del segundo, están asociados a pie de calle con el colaboracionismo con Francia.

Horror a la sencillez

Mobutu Sese Seko (antiguo Zaire), Haile Selassie (Etiopía) y Jean Bokassa (República Centroafricana)

Cuando un presidente se rodea de pompa y leyenda, por mucho que se autodenomine democrático, incita a que se dude de sus verdaderas intenciones. Los peores dictadores del continente se sirvieron de la glorificación a su propia figura para mantener la legitimidad de su poder. No sorprende que fueran, además, tremendamente estrafalarios. Mobutu Sese Seko, presidente del antiguo Zaire, instauró una política de “autenticidad cultural”. Una de las medidas fue la de prohibir a los ciudadanos llevar nombres occidentales. La vestimenta no se libró de esta legislación. El traje occidental se prohibió y en su lugar fue instaurado el llamado “abacost” (por “à bas le costume“, “abajo con el traje”), una túnica con cuello Mao que el propio dictador llevaba siempre puesta. Es durante esta época cuando hizo popular su imagen: el abacost, las gafas de sol, el bastón y el sombrero de piel de leopardo.

Haile Selassie y Jean Bokassa no se llamaron a sí mismos presidentes sino “emperadores”. Sorprendente es el caso de Bokassa, que más que nada parecía un rey europeo, aunque negro, con todos los abalorios propios de un cuento de princesas: corona y cetro de oros, terciopelo rojo y guardia real emplumada… menos idílica es la leyenda, verdadera o no, que lo describe como el presidente caníbal.

Militar, con más o con menos clase

Thomas Sankara (Burquina Faso), Jerry Rawlings (Ghana) e Idi Amin Dada (Uganda)

Muchos de los que han llegado a lo más alto del poder lo hicieron como militares y por ello llevaron el uniforme puesto durante parte de sus presidencias. Nunca o casi nunca se lo quitaron Thomas Sankara ni Idi Amin Dada, quizás porque sus mandatos no fueron excesivamente largos, comparados con los de otros. De Jerry Rawlings, todavía vivo, seguimos recibiendo instantáneas con ropa occidental y también con el emblemático paño kente ghanés.

Los tres iniciaron reformas profundas en sus respectivos países, pero mientras Amin Dada ha pasado a la Historia como un dictador sanguinario y despiadado, tanto Rawlings como Sankara son vistos en el continente como figuras positivas. Ambos fueron presidentes jóvenes, atractivos y en cierta medida alineados con las ideas marxistas.

Las cabezas, mejor cubiertas

Salva Kiir (Sudán del Sur), Jonathan Goodluck (Nigeria) y Haile Selassie (Etiopía)

En los países subsaharianos situados más al norte, como Senegal, Gambia, Malí, Níger o Mauritania, la población es mayoritariamente musulmana. Sus políticos suelen seguir también unas pautas bastante tradicionales a la hora de elegir vestuario: por lo general llevan una túnica, amplia y fresca, y la taqiyah, el gorro musulmán. En cualquier caso, no descuidan esta última, asegurándose siempre de coronar el “look” con un tocado.

Casualidad o no, existen hoy en día dos presidentes que tampoco olvidan cubrirse la cabeza: Salva Kiir y Jonathan Goodluck. Pero ellos lo hacen con un sombrero occidental y son cristianos en países en los que, por su Historia o situación sociopolítica, la fe tiene un significado definido. En Nigeria, los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes han vuelto algunas zonas del norte altamente convulsas. Sudán del Sur, de mayoría cristiana, se independizó recientemente del norte, musulmán. Los rumores cuentan que, antes de la independencia, George Bush regaló a su presidente Salva Kiir un sombrero de cowboy como el que lleva siempre puesto. A Haile Selassie también se lo vio alguna que otra vez con sombrero. En esta foto podría recordar a un personaje de la película “Drácula, de Bram Stoker“…

Al más puro estilo occidental

oseph Kabila (RDC), Teodoro Obiang Nguema (Guinea Ecuatorial), Faure Gnassingbé (Togo) y Denis Sassou Nguesso (Congo Brazzaville).

En la actualidad, muchos políticos africanos visten sobre todo el clásico traje de chaqueta. Estos cuatro en concreto parecen tener una especial predilección por él. Curiosamente, con una popularidad cada vez más baja debido a sus políticas, sus relaciones con los países occidentales han ido degradándose durante los últimos años.

Conquistando votantes en el Sur

Manphela Ramphele.

No es presidente ni sabemos si algún día llegará a serlo, pero la sudafricana Manphela Ramphele hizo este año una reaparición estelar en su país de origen para anunciar que fundaba un nuevo partido, el Agang (“construcción” en sotho). En Sudáfrica, Mandela había iniciado la costumbre de vestirse de manera sencilla, acorde con su personalidad y mensajes, con una simple camisa de tela estampada. Al actual presidente, Jacob Zuma, lo hemos visto ya en repetidos eventos con la camiseta de fútbol de su selección y hasta vestido de zulú, festejando a lo grande la boda con su sexta mujer.

Para impactar, a Manphela Ramphele no le quedaba más opción que presentarse ante los potenciales votantes vistiéndose de manera patriótica. Es decir, tradicional. Atrás quedan los días en los que tenía en el Banco Mundial su despacho como directora gerente…

Original : Afribuku

Autor

  • afribuku

    Afribuku pretende hacer descubrir y reflexionar sobre manifestaciones culturales africanas contemporáneas de interés, divulgándolas a través de esta página y de las redes sociales. En África existen numerosas propuestas artísticas de excelente calidad que permanecen ocultas a los ojos del mundo. Es necesario que todos aquellos que creemos en una visión más realista y honesta de África tratemos de que la comunidad iberoamericana se familiarice y comience a disfrutar de la gran diversidad que ofrece este continente.

    @afribuku

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