Desastrosa gestión del agua y de la electricidad en Camerún, una afrenta a todo un pueblo. ¿Dónde se halla la solución?

16/05/2013 | Opinión

Los cortes comiciales de electricidad y los crecientes problemas de agua en Camerún constituyen una grave violación de los derechos de todo un pueblo y un obstáculo mayor para el florecimiento de unidades económicas y financieras. ¿Quién tiene la solución de este drama cotidiano de nuestro pueblo? ¿Por qué se ha llegado a esto? El enemigo en Camerún y en toda África tiene un nombre: el Miedo, o la falta de audacia.

1.- La situación.

En Camerún asistimos a la irrespetuosidad y a la humillación flagrante sin escrúpulos de la totalidad de un pueblo por parte de las compañías eléctricas y del agua por un lado, y por otro lado, por su propio gobierno. Esta es la situación para aquellos que la desconozcan.

La calidad del agua servida a las poblaciones camerunesas es muy dudosa. El agua que se recoge de los grifos está enrojecida y tiene un fuerte olor a lejía; además, cuando esta agua se deja en reposo, en el fondo del recipiente se deposita un poso.

Las instalaciones donde la cobertura territorial de agua y electricidad es demasiado limitada obligan a una buena parte de las poblaciones a iluminarse con quinqués o velas, y a seguir consumiendo el agua de los torrentes y de las lluvias.

Los cortes de electricidad en Camerún, sin dramatizar, son comparables a las graves e imprevisibles crisis epilépticas que golpean y humillan en cualquier momento y en cualquier circunstancia a una persona.

Muy a menudo, las facturas que reciben los consumidores cameruneses de agua y electricidad son arbitrarias. Entre otros problemas, la falta de respeto de ciertos agentes de las susodichas compañías hacia los consumidores, las horas de espera frente a las taquillas, o la lenta intervención para reparaciones.

2.- Las consecuencias.

Semejante gestión penaliza al pueblo y mata lentamente una ya febril economía nacional, de tal forma que funciona a base de préstamos y apenas transforma una pequeña parte de sus materias primas.

Esta situación perdura en Camerún y produce pérdidas con desastrosas consecuencias en las zonas urbanas y rurales. Pérdidas en casa de los consumidores, graves pérdidas y la ruina de los negocios de aquellos que gestionan unidades económicas y financieras.

Esta escasez de agua y sobre todo de electricidad hace que los precios sean bastante caros para los consumidores y constituyen una barrera infernal para el florecimiento de las industrias.

Ya que una energía costosa hace que el precio de los productos sea elevado y que nuestros hombres y mujeres de negocios no puedan competir en el mercado nacional, africano o internacional. Consecuentemente, Camerún va a ser simple y llanamente invadido por productos foráneos.

3.- La irresponsabilidad del gobierno camerunés.

Al privatizar compañías estatales estratégicas, el gobierno detenta acciones; no obstante, nos parece que hoy en día esto es escandaloso para un pueblo que se dice independiente.

En un país independiente con un gobierno responsable, es abstruso que éste elija la vía del suicidio. En un país dirigido por dirigentes responsables, hay ámbitos de la vida nacional que no deben escapar al control del Estado.

Entre esos sectores se encuentran la Energía (electricidad, agua, gas, petróleo, etc.), la moneda, las comunicaciones y las tecnologías de defensa.

Es una incongruencia que los dirigentes cameruneses hayan liquidado de una forma infantil numerosas sociedades nacionales por mandato del FMI y de la BM, peones de los medios financieros occidentales.

4.- ¿Dónde se halla la solución de estos problemas de agua y electricidad en Camerún?

En un país cuyos dirigentes tienen una visión nítida del futuro, en un país cuyos dirigentes son libres y trabajan con el pueblo y para el pueblo, los dirigentes cameruneses ya deberían haber explorado otras pistas para una solución perentoria a este drama nacional.

Poseemos energías renovables con la suerte de tener las tecnologías adecuadas sin tener que desangrarnos demasiado.

Portadores de esperanza, el biogas, el viento y el sol abundan por aquí y la captura y domesticación de esas energías solar y eólica serían una maravillosa oportunidad en el transcurso de la vida de nuestro pueblo, por desgracia.

Los golfos que están en el poder al servicio de los intereses de extranjeros se niegan a explorar esas pistas, por miedo a encolerizar a sus amos.

Y esos mismos amos se levantarán un día y dirán a sus gobernadores al frente de Camerún: “¡Mirad!, Tenéis viento, tenéis sol y energía biogas; vamos a invertir en ello para ayudaros”. Y los traidores en el poder descubrirán que tenemos viento, sol… y aplaudirán a rabiar.

La solución decisiva al problema de los cortes de luz y agua y de la calidad de esos servicios se halla en las manos del pueblo-consumidor camerunés y no en el gobierno o en las propias compañías.

Para nuestro pueblo, se trata de alzarse unido y de rechazar esos dos farsantes que violan de forma descarada sus derechos. Se trata de alzarse y de producirles un insomnio inaudito hasta que ese respeto que le ha sido arrebatado le sea restaurado con personas más responsables. Sí, en un cierto lapso de tiempo, es posible.

Léon Tuam

Camer.be, 9 de Mayo de 2013

Traducido para Fundación Sur por Juan Carlos Figueira Iglesias.

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster