«Dentro de 40 años, nuestros hijos corren el riesgo de pensar en Macintosh, Coca-cola, Mac Donald», Elikia Mbokolo

30/07/2010 | Entrevistas

Elikia Mbokolo, presidente del comité científico para la utilización pedagógica de la Historia general de África

En Trípoli, con la conferencia regional sobre la utilización pedagógica de la Historia general de África como marco, el profesor Elikia Mbokolo (E.M), Presidente del comité científico, explica a Sidwaya los objetivos de este proyecto, así como el papel de la historia en el desarrollo del continente.

Sidwaya (S): ¿Qué es la “Historia general de África (Hga)”?

E.M.: la Historia General de África (HGA) es una colección de ocho volúmenes cuya publicación se prolongó hasta el año 1999. Es la primera aventura intelectual colectiva de la primera generación de historiadores, científicos y catedráticos de universidad africanos que pretendía mostrar que África tiene una historia y que esta historia no ha llegado de otros lugares.

Explicaron también que la independencia no fue un regalo, una concesión sino el resultado de las luchas de los africanos en contra de las usurpaciones realizadas desde el exterior. Lo que es todavía más meritorio, y con el fin de evitar futuras desavenencias, convencieron a los mejores historiadores no africanos del momento y conocedores de África para que participaran en el proyecto.

Eso conllevó tiempo y dinero. Se trataba de un proyecto intelectual único en su género. El trabajo se realizó en un contexto particular con una visión panafricana. Desgraciadamente, el proyecto africano sufrió la evolución general del panafricanismo en el marco de la OUA y las dificultades de los primeros momentos de la independencia. Por otra parte, a este proyecto africano se incorporaron los proyectos nacionales. Todos los Estados recién independizados ambicionaban constituirse en naciones y desarrollar sus propios sistemas educativos con programas históricos, memorias, etc.

S.: Los libros siguen siendo desconocidos para el gran público. ¿Podemos saber por qué?

E.M.: estos libros fueron publicados en Europa, cuestan caros y son muy voluminosos. La publicación acabó convirtiéndose en libro de consulta de los catedráticos de universidad, aunque no todos los profesores de universidad disponen de ellos. El Proyecto no tuvo la resonancia esperada. Sin embargo, “Presence africaine” dio un paso importante al publicar una edición de bolsillo. Aún así, tampoco tuvo el éxito esperado. Pero los historiadores se quedaron con la visión panafricana del proyecto: crearon la Asociación de los historiadores de África, que durante mucho tiempo ha sido dirigido por Pr Joseph Ki-Zerbo.

S.: ¿Cuál fue la aportación de la nueva generación en esta aventura?

E.M.: el desafío lanzado por nuestros antecesores nos obligaba a avanzar en el camino de la historia, sin él, habríamos carecido de nuestra vocación de historiadores. El desafío para nosotros era: ¿qué podemos añadir a lo aportado por nuestros antecesores? Sin querer rivalizar con ellos, hemos explorado nuevos terrenos, identificado nuevas problemáticas. Hoy hemos ido un poco más lejos y hemos abierto numerosos caminos.

S.: ¿cuándo surge la idea de la transposición pedagógica?

E.M.: cuando la OUA se convirtió en la Unión Africana y paralelamente a los diferentes proyectos económicos, se hizo necesario retomar la cuestión identitaria, cultural e histórica del continente. Así, los jefes de Estado quisieron que los ocho volúmenes de la HGA entraran a formar parte de los programas escolares.

La Unión africana se sirvió de la Unesco que logró reunir a los historiadores en torno a este proyecto. Así es como, tras el encuentro de París, se creó un comité científico y se solicitó a la Asociación de los historiadores de África que realizara una revisión crítica de los ocho volúmenes: problemas de actualización, re- formulación de metodologías, contenidos, enfoques…

Somos conscientes de que no vamos a inventar la rueda. El último volumen data de 1999, lo que supone que este trabajo fue realizado en los años 70-80. Muchas cosas han pasado desde entonces: los cambios en África austral, la democracia, etc. Teníamos la ocasión de analizar la evolución actual bajo una óptica africana y no bajo una lectura forzosamente internacional.

Lectura que consistiría en afirmar por ejemplo, que la democratización de África proviene del discurso de Baule, de la caída del muro de Berlín o que nuestra estrategia de descentralización está inspirada en el modelo alemán o americano, mientras que nuestros antiguos imperios (Mali, Kongo, Loango, etc.) son ejemplos de gestión de enormes espacios con poblaciones diferentes, incluso lenguas y culturas diferentes.

S.: ¿cómo se explica que la financiación de este proyecto de envergadura panafricana provenga únicamente de Libia?

E.M.: el gobierno libio cuyo papel es sobradamente conocido en la reactivación de la Unión Africana puso algunos medios a nuestra disposición. Los trabajos técnicos han sido ya realizados y estamos trabajando en la elaboración del marco conceptual, lo que hay que hacer para conseguir los resultados al nivel de los ciudadanos que serán formados.

S.: ¿cuántos países están implicados en este proyecto?

E.M.: 44 países respondieron al cuestionario que habíamos elaborado. Los otros nueve Estados que no respondieron son los que están en situaciones de golpe de Estado, crisis politico-militar o en proceso de reconstrucción.

S.: ¿Con qué estrategia cuenta para lograr que nuestra historia sea enseñada en las escuelas?

E.M.: ciertos Estados tienen buenos programas de Historia. Estoy pensando concretamente en los últimos Estados que se liberaron ya sea del racismo ya sea de la colonización como es el caso de África central y para los que la historia ocupa un lugar importante. Algunos opinan que el desarrollo es puramente económico, dejando a un lado todo lo que es histórico, lo que hizo pensar a algunos que África estaba en contra del desarrollo. También hemos visto como distintas generaciones se han formado en medicina, arquitectura, ciencias sin ningún conocimiento sobre historia.

S.: ¡posiblemente hay que explicar a la gente que la historia condiciona el desarrollo de un país!

E.M.: hoy, todos los países emergentes poderosos (China, India, Brasil) son Estados en los que la personalidad nacional está fuertemente arraigada, conocen perfectamente la historia nacional y las referencias para avanzar hacia el futuro son extraídas del pasado. ¡En China por ejemplo, la fábula «Cómo You Kong desplazó la montaña», con un fondo histórico, mostró a los Chinos que podían desplazar montañas! Si no logramos este modo de pensar en África, acabaremos creyendo que para desarrollarnos hay que imitar a Europa. Corremos el peligro de creer que lo que necesitamos es el famoso documento de “Estrategia de Reducción de la Pobreza” como programa de desarrollo, mientras que, en nuestra historia, jamás fue una cuestión reducir la pobreza sino crear riquezas. Si no lo logramos, dentro de 40 años, nuestros hijos pensarán en Macintosh, Coca-cola, Mac Donald y no sabremos nada de Soundiata Keita, de Chaka, etc.

S.: ¿Basta entonces con cambiar los programas para crear un hombre nuevo dado que, cada vez más, la historia se aprende sólo en la escuela?

E.M.: estamos convencidos de que no es el contenido de los libros lo que debe cambiar, ni el reparto de las materias sino los métodos pedagógicos. La pedagogía vertical que consiste en aprender de memoria debe revisarse. La historia es una disciplina apasionante cuya enseñanza va a apoyarse en lo sucesivo en viñetas, tecnologías de la información y de la comunicación, etc. La gente no se da cuenta cuando mira, por ejemplo, un western que se está contando la historia de los Estados Unidos. Nosotros también debemos enseñar nuestra historia con una pedagogía renovada. Necesitamos a medio plazo, ciudadanos africanos.

S.: ¿Puede lograrse, sin manipular ni falsificar la historia?

E.M.: ¡Tranquilícese! Nuestros antecesores eran unos apasionados de la historia pero eran muy críticos respecto a la ideología surgida del colonialismo, de la trata de esclavos. Nosotros mantenemos la misma postura. Tratamos de reducir los malentendidos porque nuestro deseo es transmitir a los jóvenes el conocimiento, la pasión y el orgullo de su pasado. No estamos en posición de combatir sino de crear y estimular, mirando al futuro.

Entrevista realizada en Tripoli por Assétou BADOH

Publicada en Sidwaya, Burkina Faso, el 17 de junio de 2010.

Traducido por Mariola Foix.

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